La reanimación cardiopulmonar (RCP) es un conjunto de maniobras de primeros auxilios que se realizan para ayudar a una persona que ha sufrido un paro cardíaco. El objetivo es mantener con vida los órganos del cuerpo y restablecer las funciones vitales hasta que lleguen los servicios de emergencia.
¿Por qué es tan urgente hacer RCP?
El cuerpo humano necesita oxígeno constantemente. Todos los órganos y tejidos dependen de este suministro para funcionar correctamente, especialmente los pulmones y el corazón, que se encargan del intercambio de gases y la circulación sanguínea.
Cuando la respiración y los latidos del corazón se detienen por un accidente o lesión, el intercambio de gases y la circulación se interrumpen, lo que hace que los tejidos del cuerpo se queden sin oxígeno rápidamente. Si esto sucede, los órganos comienzan a fallar.
De todos los órganos, el cerebro es el que más necesita oxígeno. Las células cerebrales son muy sensibles y, una vez que mueren, no se regeneran.
¿Por qué la rapidez es crucial?
Aquí en México, muchas veces las ambulancias no pueden llegar al lugar de un accidente en menos de 4 minutos. Eso significa que el éxito en salvar una vida depende muchísimo de la persona que sea la primera en llegar al sitio. Si esa persona sabe cómo realizar RCP correctamente y empieza inmediatamente, las probabilidades de salvar al herido aumentan considerablemente.
Si no se realiza RCP dentro de los primeros 4 minutos, las células cerebrales comienzan a morir de manera irreversible. A los 10 minutos de hipoxia cerebral, más de la mitad de las células cerebrales ya han muerto, y las posibilidades de que la persona quede con daño cerebral grave o en estado vegetativo son muy altas. Por eso, hacer RCP lo más rápido posible es clave.
El tiempo es vida
La tasa de éxito de la RCP disminuye con cada minuto de retraso. Si la reanimación se realiza en los primeros 4 minutos, la probabilidad de éxito es del 60%. Sin embargo, si el tiempo pasa y se llega a los 10 minutos, las posibilidades de éxito caen casi a 0%.
Por eso, si alguna vez te enfrentas a una situación como esta, actúa rápido. Cada segundo cuenta, y saber cómo hacer RCP puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
Dos Técnicas de Reanimación Cardiopulmonar
La reanimación cardiopulmonar (RCP) tiene dos componentes principales: la respiración artificial (o reanimación pulmonar) y las compresiones cardíacas (o reanimación cardíaca).
Respiración Artificial - Reanimación Pulmonar
La respiración artificial es una técnica de primeros auxilios que se usa cuando una persona deja de respirar por sí misma. Se trata de introducir aire en los pulmones de la persona de forma manual o con equipo adecuado, permitiendo que el aire entre y salga de los pulmones gracias al movimiento natural del pecho. Esto ayuda a que los órganos importantes, como el cerebro, sigan recibiendo el oxígeno mínimo necesario para funcionar, evitando que sufran daño por falta de oxígeno.
Compresiones Cardíacas - Reanimación Cardíaca
Las compresiones cardíacas consisten en aplicar presión sobre el pecho de la persona para comprimir el corazón, lo que hace que la sangre circule por el cuerpo. Al aliviar la presión, el corazón se relaja por sí mismo, lo que promueve el flujo sanguíneo hacia los órganos vitales, como el cerebro y el corazón.


Respiración Artificial
El oxígeno es fundamental para que el cuerpo funcione. Todos nuestros órganos y tejidos dependen de un suministro constante de oxígeno, especialmente el cerebro. La respiración artificial tiene como objetivo introducir aire en los pulmones de la persona para asegurarse de que el cerebro y otros órganos vitales sigan recibiendo oxígeno mientras se restablecen sus funciones normales.
En el aire, el oxígeno representa el 20.94% del contenido, mientras que el dióxido de carbono es solo el 0.04%. Cuando respiramos, el oxígeno de los pulmones disminuye a un 16% y el dióxido de carbono aumenta al 4%. Al realizar la respiración artificial, el operador introduce aire en los pulmones del paciente. Aunque este aire tiene un poco menos de oxígeno y más dióxido de carbono que el aire ambiente, aún es suficiente para asegurar que el paciente reciba lo necesario para sobrevivir. De hecho, un poco más de dióxido de carbono puede ayudar a estimular la respiración y acelerar la recuperación.
Métodos de Respiración Artificial
Existen diferentes métodos de respiración artificial, dependiendo de si estamos en un hospital o en una emergencia al aire libre.
En hospitales, el personal médico usa herramientas como bolsas respiratorias o ventiladores para administrar la respiración artificial. Sin embargo, en situaciones de emergencia al aire libre, se utilizan técnicas más sencillas, como:
- Boca a boca (o nariz): Este es el método más común y efectivo para primeros auxilios. Solo necesitas hacer un sello hermético con tu boca en la de la persona y soplar aire con fuerza para que llegue a sus pulmones.
- Presionar el pecho (en decúbito supino): Aplastar el pecho de la persona para comprimir el corazón y hacer que circule la sangre.
- Presionar la espalda en decúbito prono: Esta técnica es menos común pero también puede usarse dependiendo de la situación.
De todos los métodos, el boca a boca es el más popular y fácil de realizar en emergencias, ya que no requiere equipo adicional y es muy efectivo.

Compresiones Cardíacas
La circulación sanguínea en el cuerpo depende del latido regular del corazón. La sangre transporta oxígeno y nutrientes a través del cuerpo, llevándolos a los órganos y tejidos, mientras que recoge los productos de desecho, como el dióxido de carbono, para expulsarlos del cuerpo a través de los pulmones y otros órganos.
Cuando el corazón deja de latir, la circulación se detiene y, sin oxígeno, los órganos, especialmente el cerebro, comienzan a fallar rápidamente debido a la falta de oxígeno. Las compresiones cardíacas ayudan a restablecer la circulación sanguínea y a que el corazón retome su función.
Las compresiones cardíacas se dividen en dos tipos:
- Compresiones cardíacas intratorácicas: Estas se realizan en hospitales, con equipos especializados.
- Compresiones torácicas externas: Son las que se realizan tanto dentro como fuera del hospital. Consisten en presionar el pecho de la persona con las manos desnudas para comprimir el corazón y restablecer los latidos.

¿Cómo saber si el corazón ha dejado de latir?
En situaciones de emergencia, los paramédicos primero intentan despertar al paciente tocándole los hombros y llamándole por su nombre. Si no hay respuesta, significa que la persona ha perdido el conocimiento.
Luego, se observa si la persona respira. Si no hay respiración o si es anormal (respiración irregular, lenta, dificultosa o ruidosa), esto indica que el corazón probablemente ha dejado de latir.
El siguiente paso es verificar si hay latidos del corazón. Esto se hace tocando la arteria carótida, que se encuentra en el cuello, entre la tráquea y el músculo esternocleidomastoideo. Para sentir el pulso, coloca los dedos índice y medio en el centro de la nuez de Adán (o tráquea), deslízalos un par de centímetros hacia un lado y aplica un poco de presión. Si no sientes pulsaciones en los primeros 5 a 10 segundos, es probable que el corazón ya no esté latiendo.


Postura Correcta Durante el Rescate
Posición del Rescatador
Cuando realices un rescate, adopta una posición estable. Coloca tus pies separados a la altura de los hombros y arrodíllate cerca del paciente, de manera que tu pecho esté alineado con el de la persona.
Posición de la Persona Rescatada
El paciente debe estar acostado boca arriba sobre una superficie dura, como el suelo o una mesa firme. Si está en una posición desfavorable, coloca al paciente en posición supina, es decir, con el rostro hacia arriba.
Importante: Si la persona ha sufrido un accidente grave (como una caída desde altura o un choque vehicular), no muevas a la persona a menos que sea absolutamente necesario, ya que un movimiento incorrecto podría empeorar lesiones en la columna cervical, causando parálisis o incluso la muerte.
¿Cómo Voltear a la Persona Correctamente?
Si el paciente está en decúbito prono (boca abajo), sigue estos pasos para voltearlo de manera segura:
- Estira las extremidades superiores hacia la cabeza.
- Cruza las piernas del paciente para estabilizar su cuerpo.
- Usa una mano para sujetar la cabeza y la columna cervical, asegurándote de que el cuerpo se mantenga alineado.
- Con la otra mano, sujeta el lado opuesto (axila o entrepierna) y voltea al paciente lentamente, manteniendo la cabeza, cuello y cuerpo alineados.
- Asegúrate de que las extremidades estén bien colocadas y las piernas estiradas naturalmente.

Posición de Recuperación Después de la Reanudación de la Respiración y los Latidos del Corazón
Si después de realizar la reanimación el paciente comienza a respirar por sí mismo, es importante colocarle en la posición de recuperación para evitar que sus vías respiratorias se bloqueen con la lengua, vómito o mocos, lo que podría causar asfixia. En esta posición, la persona se coloca acostada de lado.
- Arrodíllate al lado del paciente y flexiona uno de sus codos a más de 90 grados, con la palma hacia arriba y el antebrazo apuntando hacia la cabeza de la persona.
- Flexiona el otro codo de la persona y colócalo sobre su pecho, con el dorso de la mano hacia arriba.
- Dobla la rodilla del lado opuesto a donde te encuentras, colocando la planta del pie en el suelo.
- Usa una mano para sujetar el hombro del paciente y la otra para sostener la rodilla del paciente.
- Voltea al paciente suavemente de lado, hacia ti, asegurándote de que el cuerpo quede alineado.
- Coloca una mano sobre la cara del paciente y gira su cabeza ligeramente hacia atrás para abrir las vías respiratorias.
- Coloca la pierna doblada del paciente frente a la pierna estirada, con la rodilla apoyada en el suelo. Esto estabiliza su cuerpo y evita que se mueva.

Compresiones Cardíacas Torácicas
Las compresiones cardíacas torácicas deben hacerse con cuidado. Si no se realizan en la posición correcta, podrías dañar las costillas o los órganos del tórax, lo que puede empeorar la situación.
Área Correcta de Compresión
- Inspección Visual: Para adultos, la posición correcta para hacer las compresiones es en el punto medio de la línea que conecta los dos pezones, es decir, en la mitad inferior del esternón.
- Técnica para Posicionar las Manos:
- Junta los dedos índice y medio de tu mano y estíralos. Usa la punta del dedo medio para deslizarte hacia arriba a lo largo de las costillas del paciente, hasta llegar a la intersección de los arcos costales de ambos lados, que es donde se encuentra la apófisis xifoides (también conocida como la fosa del corazón).
- Coloca el dedo medio sobre esta área y el dedo índice justo al lado, sobre el esternón. El área de compresión está justo encima del dedo índice.
- La dirección de los dedos debe ser perpendicular al eje longitudinal del esternón, asegurando que la presión se aplique directamente en el centro del esternón.
- Con la otra mano, coloca el pulgar cerca del borde del dedo índice de la primera mano. Coloca ambas manos sobre el área de compresión de forma plana.
- Asegúrate de que los dedos de ambas manos estén alineados y perpendiculares al esternón.
- Luego, superpone el talón de una mano con el dorso de la otra, asegurándote de que la fuerza de todo el cuerpo se concentre en el centro del esternón, sin que los dedos o las palmas toquen las costillas.
Posición Correcta para las Compresiones Cardíacas
Cuando realices las compresiones cardíacas, es fundamental que la postura sea correcta para evitar lesiones y asegurar que la fuerza se aplique de manera eficiente. La posición de compresión requiere que todo esté alineado para asegurar que el impacto sea lo más efectivo posible.
- Brazos Rectos: Los brazos deben mantenerse rectos durante las compresiones. Asegúrate de que las articulaciones de los codos no estén dobladas para usar todo el peso del cuerpo de manera eficiente.
- Dedos Rectos: Los dedos de las manos que están sobre el pecho del paciente deben estar rectos y apuntando hacia arriba, asegurando que la presión se aplique de manera uniforme.
- Fuerza Vertical: La fuerza debe ser vertical. Las manos deben estar alineadas de forma vertical y hacia abajo, sin moverlas hacia adelante, hacia atrás, o de lado a lado.
Método de Presión
- Presiona fuerte y rápido, asegurando que la velocidad sea constante y sin pausa.
- No realices las compresiones de manera intermitente o con impactos; deben ser continuas y con la presión constante.
- La cantidad de tiempo que presionas y relajas debe ser igual. Asegúrate de no presionar demasiado rápido ni de no dar descanso insuficiente.
- Relaja completamente al final de cada compresión, permitiendo que el pecho rebote completamente, pero sin separar las palmas de la pared torácica.
- La fuerza siempre debe ser vertical hacia abajo. Evita los movimientos de lado a lado o hacia adelante y hacia atrás.
Profundidad, Frecuencia y Número de Compresiones
- La profundidad de la compresión debe ser de al menos 5 cm para adultos.
- La frecuencia de las compresiones debe ser de al menos 100 compresiones por minuto.
- Realiza 30 compresiones por ciclo antes de pasar a la siguiente fase de la reanimación.



Eliminar Materia Extraña en la Boca
En casos de ahogamiento o cuando la persona ha ingerido objetos extraños, es fundamental eliminar cualquier material de la boca para despejar las vías respiratorias. Si la persona está enterrada o tiene objetos profundos en la boca o nariz, es aún más crucial retirar todo lo que esté bloqueando las vías respiratorias.
- Primero, presiona suavemente la cabeza del paciente con una mano y usa el pulgar de la otra mano para abrir la barbilla del paciente y revisar si hay objetos extraños en la boca.
- Si no hay objetos extraños, continúa con el ciclo de RCP inmediatamente.
- Si encuentras un objeto extraño y la columna cervical del paciente no está dañada, puedes inclinar suavemente la cabeza hacia el lado del rescatador para facilitar la salida del objeto.
- Si el objeto es sólido, coloca el pulgar de una mano en la boca del paciente para sujetar la lengua y la mandíbula. Usando los dedos de la otra mano, abre la boca y mueve la mandíbula hacia arriba para despejar la vía respiratoria. Luego, introduce el dedo índice protegido desde la parte superior de la boca, empuja el objeto hacia abajo y sácalo.


Vía Aérea Abierta
Cuando el corazón y la respiración de un paciente se detienen, los músculos del cuerpo se relajan, incluidos los de la lengua. En la posición supina, la lengua puede caer hacia atrás y bloquear las vías respiratorias. El objetivo de abrir las vías respiratorias es evitar que la lengua o los músculos relajados las obstruyan.
Método de Cabeza Atrás y Dominada
- El rescatador se coloca al lado de la persona afectada.
- Coloca el borde de la palma de la mano sobre la frente del paciente, aplicando fuerza hacia adelante y hacia abajo.
- Con la otra mano, coloca el índice y el medio en el mentón, justo debajo del borde de la mandíbula. Empuja hacia arriba, inclinando la cabeza del paciente hacia atrás.
- La cabeza debe quedar completamente inclinada hacia atrás, con la línea que conecta el ángulo mandibular con el lóbulo de la oreja siendo perpendicular al suelo, es decir, la cabeza debe formar un ángulo de 90 grados.
Método de Extracción de Mandíbula con Dos Manos
Este método es utilizado cuando hay sospecha de lesión cervical y se requiere abrir las vías respiratorias sin mover el cuello.
- El rescatador se coloca encima de la cabeza del paciente.
- Junta los dedos de ambas manos y colócalos en los ángulos mandibulares del paciente, levantando la mandíbula hacia arriba.
- Si los labios del paciente están bien cerrados, usa los pulgares para separarlos y facilitar la apertura de la boca.


Implementación de Respiración Artificial
Después de abrir las vías respiratorias y retirar cualquier objeto extraño de la boca del paciente, es crucial realizar respiración artificial de inmediato.
- Usa los dedos pulgar e índice de la mano que está en la frente del paciente para pellizcar las fosas nasales, evitando que el aire escape por ahí.
- El rescatador debe abrir bien la boca del paciente y cubrirla completamente con los labios, soplando lentamente aire hacia sus pulmones.
- Después de soplar, el rescatador debe alejarse ligeramente de la boca del paciente, aflojar las fosas nasales para permitir que el paciente exhale de forma natural. Mientras tanto, el rescatador puede girar la cabeza para tomar aire fresco y realizar la segunda respiración.
- Mientras sopla, el rescatador debe observar el pecho del paciente para ver si sube y baja. Si el pecho se mueve, significa que la respiración es efectiva.
- Si no hay fluctuación en el pecho, el rescatador debe investigar la causa. Podría ser que haya algún objeto extraño bloqueando la boca o que las vías respiratorias no estén completamente abiertas.
Si el paciente tiene trismo (mandíbulas apretadas), se puede usar el método boca-nariz.
- Presiona la frente del paciente con una mano y sujeta su barbilla con la otra, inclinando completamente la cabeza hacia atrás y cerrando bien sus labios.
- Luego, cubre bien la nariz del paciente con tu boca y sopla aire suavemente hacia sus fosas nasales.



Consejos para la Respiración Artificial Boca a Boca
Los principios básicos de la respiración artificial boca a boca son:
- Posición de la cabeza: La cabeza del paciente debe estar inclinada hacia atrás para abrir las vías respiratorias.
- Nariz: Pellizca las fosas nasales del paciente para evitar la fuga de aire.
- Boca: Abre completamente la boca del paciente y sopla de forma controlada.
- Cantidad de aire: No es necesario soplar con demasiada fuerza. El aire debe ser moderado y suficiente para causar una elevación visible del pecho del paciente.
- Soplo demasiado débil: Si insuflas poco aire, los efectos de la reanimación serán ineficaces.
- Soplo excesivo: Un soplo excesivo puede dañar los alvéolos pulmonares.
- Frecuencia de soplado: La velocidad del soplo debe ser moderada, y cada soplo debe durar alrededor de 1 segundo. Evita soplar demasiado rápido, ya que podría provocar que el aire entre al estómago, lo que puede causar distensión gástrica y reflujo del contenido estomacal hacia las vías respiratorias.
La frecuencia de los soplos debe ser de 8 a 10 veces por minuto.
Comprobación del Efecto de la Reanimación Cardiopulmonar
De acuerdo con las "Directrices Internacionales de Reanimación Cardiopulmonar 2010", la relación entre compresiones y ventilaciones debe ser 30:2. Después de realizar al menos 5 ciclos en esta proporción, se debe comprobar la respiración y los latidos del corazón del paciente.
- Si la respiración espontánea se ha restablecido, se puede detener la reanimación cardiopulmonar y colocar al paciente en la posición de recuperación.
- Si no se ha restablecido la respiración, continúa con la reanimación cardiopulmonar en la proporción 30:2 y vuelve a comprobar después de 5 ciclos.
Indicadores de una Reanimación Cardiopulmonar Eficaz
Durante el proceso de reanimación, observa los siguientes signos de mejora:
- Cambio en la coloración: La piel, labios y uñas cambian de pálidos a rosados.
- Respiración espontánea y latidos del corazón: El paciente comienza a respirar por sí mismo y su corazón late de nuevo.
- Pupilas: Las pupilas del paciente empiezan a reducir su tamaño.
- Movimientos corporales: Los ojos del paciente pueden moverse, y las manos y los pies pueden contraerse. También es posible que el paciente emita sonidos como gemidos.
- El restablecimiento de la respiración y los latidos del corazón son los indicadores más importantes de una reanimación exitosa.

Condiciones para Terminar la Reanimación Cardiopulmonar
La reanimación cardiopulmonar debe ser continua y no debe interrumpirse sin una razón válida. Puede suspenderse bajo las siguientes condiciones:
- Recuperación de la respiración y los latidos del corazón: Si el paciente empieza a respirar y a tener latidos cardíacos, la reanimación puede detenerse.
- Llegada de personal médico: Cuando los profesionales de la salud lleguen al lugar, deben hacerse cargo de la situación.
- Confirmación de muerte: Si el personal médico confirma que el paciente está muerto, se debe suspender la reanimación.
- Riesgo para los rescatistas: Si el entorno presenta un peligro para la vida del rescatista o del paciente, se debe trasladar a la víctima a un lugar seguro y continuar con la reanimación allí.
La reanimación cardiopulmonar (RCP) es una habilidad esencial para salvar vidas en situaciones de emergencia, y realizarla correctamente puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Este proceso incluye dos componentes fundamentales: las compresiones cardíacas y la respiración artificial.
Las compresiones cardíacas son cruciales para restablecer la circulación sanguínea y asegurar que los órganos vitales, como el cerebro, reciban oxígeno hasta que el corazón recupere su función. Es importante aplicar la presión en el lugar adecuado del tórax, con una fuerza y profundidad adecuadas, y con una frecuencia de al menos 100 compresiones por minuto. A su vez, la respiración artificial boca a boca garantiza que el paciente reciba oxígeno cuando no puede respirar por sí mismo. La técnica de soplar aire de manera moderada, sin causar distensión gástrica o daño a los pulmones, es fundamental.
Un aspecto clave en la efectividad de la RCP es la evaluación continua del paciente. Después de realizar 30 compresiones y 2 respiraciones, se debe verificar si la respiración espontánea o los latidos del corazón se han restablecido. Si es así, el paciente debe ser colocado en la posición de recuperación para evitar que las vías respiratorias se bloqueen.
La determinación de cuándo cesar la RCP es igualmente importante. La reanimación debe continuar hasta que se recupere la respiración o el pulso, hasta que lleguen profesionales médicos o hasta que se confirme la muerte. Además, la seguridad de los rescatistas también debe ser priorizada, especialmente en situaciones de riesgo.
En resumen, una RCP exitosa depende de realizar las maniobras con precisión, atención al detalle y de forma continua hasta que el paciente reciba atención médica adecuada. Practicar estas técnicas y tener el conocimiento necesario puede salvar vidas en situaciones de emergencia.