El desierto es un lugar donde el aire es muy seco, con poca o casi nula lluvia durante todo el año. Además, las temperaturas pueden variar de manera extrema, con diferencias de más de 50 grados centígrados entre el día y la noche. En pleno día, el suelo puede alcanzar temperaturas de entre 60 y 80 grados centígrados. Por eso, si vas a sobrevivir en el desierto, debes tener en cuenta lo siguiente:
- Lleva suficiente agua potable y aprende a encontrar más si es necesario.
- Camina de noche para evitar el calor del sol.
- Aprende a encontrar comida y dominar las señales de socorro.
¿Qué es el desierto?
El desierto, también conocido como desierto arenoso, es una zona árida donde la tierra está mayormente cubierta por arena, hay pocas plantas y las lluvias son escasas. Los paisajes desérticos cubren casi un tercio de la superficie terrestre de la Tierra.
Clima desértico
En los desiertos, el clima es muy seco y las precipitaciones son mínimas, generalmente menos de 250 mm al año. En algunos desiertos, como el de Taklimakan, las lluvias anuales pueden ser inferiores a 10 mm, aunque de vez en cuando puede haber lluvias fuertes. La evaporación en estas zonas es mucho mayor que la cantidad de lluvia, lo que deja el aire con una humedad extremadamente baja, que puede llegar al 5%.
Las temperaturas en el desierto varían mucho. La diferencia de temperatura anual suele ser de más de 30 grados centígrados. En pleno día, la temperatura puede llegar a los 60 o 80 grados centígrados, pero por la noche puede descender por debajo de los 10 grados. Además, en las zonas desérticas suele haber sol todo el día, sin nubes, y vientos muy fuertes, que incluso pueden alcanzar la fuerza de un huracán.
Plantas del desierto
Aunque las plantas en el desierto no son muchas, hay una gran variedad de ellas. La mayoría están adaptadas para resistir la sequía o la salinidad del suelo. Algunas de estas plantas almacenan agua en sus raíces, tallos o hojas, mientras que otras tienen raíces profundas que llegan hasta el agua subterránea. Por ejemplo, los cactus tienen raíces anchas y poco profundas que les permiten absorber agua de una gran superficie.
El Haloxylon ammodendron es una planta que solo se encuentra en el desierto y puede alcanzar hasta 5 metros de altura. Sus raíces pueden penetrar hasta 10 metros bajo tierra para llegar al agua subterránea.
Animales del desierto
El desierto es un lugar duro para los animales, ya que las fuentes de comida son limitadas. Los que viven allí han tenido que adaptarse a las extremas condiciones del clima.
Los insectos y reptiles del desierto tienen exoesqueletos o escamas que les ayudan a reducir la pérdida de agua. Las aves, insectos y roedores excretan ácido úrico sólido o orina concentrada para no perder tanta agua. Los lagartos y serpientes suelen esconderse en la arena o en cuevas durante el día para evitar el calor.
Los camellos son expertos para sobrevivir en el desierto, ya que pueden pasar varios días sin agua. Antes de que un camello comience a sudar, su temperatura corporal sube mucho para minimizar la pérdida de agua. Además, su grasa almacenada en las jorobas les permite sobrevivir por largo tiempo con muy poca comida.
Fuentes de agua en el desierto
En el desierto, el agua superficial es escasa, pero donde hay oasis, es más probable que encuentres fuentes de agua abundantes, como ríos o manantiales subterráneos.
La mayoría de los oasis en el desierto se encuentran cerca de montañas y suelen estar al borde del desierto. En estos lugares, el hielo y la nieve de las montañas se derriten durante el verano, formando ríos que, al llegar a la zona desértica, se van filtrando en la arena y la grava, convirtiéndose en agua subterránea.
Aunque son pocos, existen ríos grandes que atraviesan desiertos, como el Nilo en Egipto, el Amarillo en China y el Colorado en Estados Unidos.
En algunas ocasiones, el desierto recibe lluvias fuertes, y cuando esto pasa, los ríos secos se llenan rápidamente de agua, lo que puede provocar inundaciones.
Si la fuente de agua es suficiente, en el desierto pueden formarse lagos estacionales, aunque normalmente son poco profundos y el agua es salada.
Principales peligros del desierto
Condiciones climáticas extremas
El clima del desierto es brutal. Durante el día, el sol es implacable, hay sequedad, calor intenso y vientos fuertes llenos de arena. Lo más característico de este clima es la "sequedad". Al estar tan seco, el desierto no tiene muchas nubes que bloqueen el sol, y la humedad del suelo es casi nula, por lo que no puede evaporarse para enfriar el ambiente. Todo el calor del sol va directo a calentar la tierra y el aire, provocando temperaturas extremadamente altas durante el día, con diferencias enormes entre el día y la noche.
Por ejemplo, en algunas zonas desérticas, las temperaturas pueden llegar a los 70 grados centígrados al mediodía, como en la cuenca de Turpan, donde se han registrado hasta 82,3 grados centígrados en las dunas de arena.
Una vez que el sol se pone, el suelo se enfría rápidamente porque no hay nubes, niebla ni vapor de agua que ayuden a retener el calor. Así, la diferencia de temperatura entre el día y la noche puede ser de hasta 15 o 16 grados centígrados en pleno verano.
En cuanto a las estaciones, en el desierto no hay primavera ni otoño como en otros lugares. Estas estaciones son más cortas debido a la sequedad extrema, y las temperaturas pueden cambiar bruscamente de un día a otro. En las zonas desérticas, el invierno y el verano son muy largos, por lo que algunos dicen que en lugares como Asia Central solo existen dos estaciones: el invierno siberiano y el verano del Sahara. Las variaciones de temperatura en el desierto son, sin duda, las más extremas que se pueden encontrar en cualquier lugar del mundo.
Golpe de calor y deshidratación
En el desierto, el mayor peligro no son las serpientes venenosas ni los escorpiones, sino el golpe de calor y la deshidratación, por lo que debes tomar todas las precauciones posibles para evitarlos.
Cuando sufres un golpe de calor o te deshidratas, es casi imposible controlar la situación una vez que los síntomas se presentan. Si te desmayas por un golpe de calor, perderás la capacidad de salvarte a ti mismo. Los primeros síntomas del golpe de calor son una temperatura corporal muy alta, mareos y desmayos, pero en las primeras etapas puede ser solo una molestia leve, como náuseas, mareos, orina amarilla y pérdida de energía. Si experimentas cualquiera de estos síntomas, ¡pon atención de inmediato!
Si notas los primeros signos de insolación, no sigas caminando confiado en que todo estará bien. Existen muchísimos casos de personas que pensaron lo mismo y terminaron mal. Busca sombra lo más rápido posible, descansa y deja que tu cuerpo se enfríe. Recuerda que si la temperatura supera los 37 grados centígrados, siempre hay un riesgo de sufrir un golpe de calor, y mientras más tiempo estés bajo el sol abrasador, mayor será el riesgo.
Desorientación
El desierto es enorme y plano, con poca vegetación, lo que hace muy fácil perderse. Además, el paisaje monótono y la falta de puntos de referencia dificultan orientarse.
Un fenómeno común es que las personas no caminan en línea recta, sino que tienden a girar hacia la derecha. Esto se debe a que el paso izquierdo de la mayoría de las personas es un poco más largo que el derecho, lo que provoca que, sin querer, terminen girando hacia la derecha mientras caminan. Por esta razón, los caminantes suelen dar vueltas en círculos con un diámetro de unos 3 a 5 kilómetros.
Tormenta de arena
Las altas temperaturas del desierto provocan corrientes ascendentes de aire muy caliente que se elevan rápidamente a grandes altitudes, llevando arena y polvo del suelo hacia el cielo. Esta subida tan rápida genera una gran presión negativa cerca del suelo, lo que da lugar a una tormenta de arena.
Cuando llega una tormenta de arena, el cielo se oscurece completamente, como si fuera de noche. La arena y el polvo vuelan por todas partes, cubriendo el sol y dificultando la visibilidad. El viento arrastra la arena y la grava, que golpean la piel y los ojos con tanta fuerza que pueden causar sangrados y hasta fracturas óseas.
Durante una tormenta de arena, tanto las personas como los camellos deben moverse rápido para evitar ser sepultados por la arena o el polvo. Si no te proteges a tiempo, las consecuencias pueden ser muy graves.
Buscando agua potable en el desierto
Para sobrevivir en el desierto, lo primero que debes aprender es cómo encontrar agua. Encontrar fuentes de agua en estas zonas es todo un desafío, especialmente en el interior del desierto. Incluso cuando se encuentran fuentes, muchas veces el agua es salina o alcalina, lo que la hace difícil de beber sin algún tipo de tratamiento.
Generalmente, las personas que se adentran en los desiertos dependen de llevar suficiente agua potable para sostenerse, pero es importante no cargar con demasiada. Lo recomendable es no llevar más de 15 kg en total para evitar el esfuerzo físico excesivo.
Una forma de encontrar agua es siguiendo las huellas de los animales en el desierto. También puedes fijarte en las plantas, ya que algunas indican la presencia de agua subterránea. Por ejemplo, donde crecen los juncos, es común que haya agua subterránea a unos 1 a 5 metros de profundidad. Si ves que los juncos están muy densos, el agua puede estar a solo 1 metro bajo tierra. Si encuentras splendens (plantas que crecen en el desierto), el agua suele estar a unos 2 metros. Y si encuentras arbustos como el tamarisco, la profundidad del agua subterránea es de unos 6 a 7 metros. En los bosques de Populus euphratica (álamos del desierto), el agua subterránea puede estar a 5 a 10 metros de profundidad.
También, los corrales abandonados de ganado vacuno y ovino pueden tener fuentes de agua. Los pastores solían amontonar piedras alrededor de los pozos para marcarlos, por lo que si ves piedras apiladas, es posible que haya agua cerca.
Si estás en una zona con arena húmeda o agua salobre, puedes probar este método de destilación solar para obtener agua potable. Necesitarás cavar un hoyo de unos 1,5 metros de diámetro y 1 metro de profundidad en la arena. Luego, cúbrelo con una película plástica transparente y limpia, asegurándote de presionar los bordes con piedras o arena para que quede bien sellado. Coloca una pequeña piedra en el centro de la película plástica para que forme un pequeño embudo. Coloca un recipiente justo debajo del extremo de la película, en el punto donde se forma el embudo.
La luz del sol calienta el pozo de arena, haciendo que el vapor de agua suba y se condense en la película plástica. Después, las gotas de agua caerán en el recipiente a través del embudo. Este sencillo proceso puede generar hasta 1,5 litros de agua dulce al día, según las pruebas realizadas.
En invierno, las temperaturas en el desierto suelen bajar por debajo de los cero grados centígrados, y el agua salina puede congelarse. Para desalinarla, puedes llenar un recipiente pequeño con agua salina y dejar que se congele. Después de que se haya formado hielo, deséchalo una vez que 2/3 del agua se haya congelado. Si el hielo sigue teniendo un sabor salado, vuelve a derretirlo, congélalo de nuevo, y desecha el agua que no se ha congelado. Este proceso generalmente hace que el agua se desalinee y sea apta para beber.
Consejos prácticos para sobrevivir con poca agua
Cuando hay escasez de agua en el desierto, es muy importante saber cómo manejarla. Lo ideal es adoptar la estrategia de "beber poco pero seguido". Los estudios demuestran que si tomas 1000 ml de agua de una sola vez, tu cuerpo excreta 380 ml en forma de orina. En cambio, si bebes en pequeñas cantidades varias veces al día (por ejemplo, 100 ml cada vez), solo excretarás entre 80 y 90 ml de orina. De esta forma, puedes aprovechar mucho mejor el agua que consumes.
Además, es recomendable que tomes pequeños sorbos de agua, y si puedes, guarda un poco de agua en la boca. Esto ayuda a que el aire se humedezca antes de llegar a los pulmones, lo que reduce la pérdida de agua en el proceso de respiración.
Buscando comida en el desierto
Aunque muchos lugares del desierto parecen áridos y vacíos, hay zonas donde la vida prospera, especialmente cerca de fuentes de agua. Si te encuentras atrapado en el desierto, es posible encontrar comida en este entorno tan difícil, siempre y cuando entiendas algunas características de los animales y plantas locales.
Por ejemplo, puedes pescar lagartos y serpientes para obtener carne, beber leche de camello salvaje o incluso utilizar plantas como el Haloxylon ammodendron y las raíces de caña para saciar el hambre.
Algunos de los animales comunes en el desierto incluyen burros salvajes, lobos y zorros. Los animales más fáciles de cazar son las liebres y diversos roedores, que suelen habitar en áreas con vegetación densa. Las liebres pueden ser cazadas con una pistola o trampas, mientras que las ratas se pueden atrapar principalmente con trampas. Durante el invierno, puedes buscar madrigueras de ratas en las dunas de arena semi-estáticas y cazar ratas que hibernan. Pero ten cuidado de no cazar en zonas donde haya brotes de enfermedades.
Es importante recordar que la caza de animales y la recolección de plantas comestibles solo debe hacerse cuando tengas suficiente agua potable. De lo contrario, el esfuerzo físico para obtener comida puede ser demasiado grande.
Equipo de protección personal en el desierto
El desierto es un lugar extremo, con vientos fuertes, arena fina, temperaturas elevadas durante el día y frías por la noche. Por eso, al prepararte para una travesía por el desierto, es fundamental contar con un buen equipo de protección. Aquí algunos consejos:
- Ropa: Elige ropa que sea a prueba de viento, transpirable y que absorba el sudor. Además, asegúrate de que sea lo suficientemente aislante para las noches frías y para protegerte del sol.
- Chaqueta o impermeable: Siempre es bueno llevar una chaqueta o un impermeable por si te sorprenden las tormentas de arena. Opta por un material resistente pero permeable al agua, que también puedas usar para envolver plantas y extraer agua si fuera necesario.
- Combinación de colores: Usa ropa interior oscura y una chaqueta de color claro. Esto no solo te protege del sol, sino que también ayuda a que el aire circule mejor y evita que el sudor se evapore demasiado rápido, lo que puede llevar a la deshidratación.
- Protección para la piel expuesta: Para proteger tus manos y cara del sol y la arena, usa toallitas húmedas o guantes y bufandas mojadas. Esto ayudará a reducir la evaporación del sudor y a mantenerte más fresco.
- Zapatos: Elige zapatos con buen aislamiento térmico y protección contra la arena. Al caminar por el desierto, especialmente en las dunas, es común que la arena entre en los zapatos, así que es recomendable usar calzado de caña alta para minimizar el impacto.
- Mochila de senderismo: Si vas a caminar durante largos períodos, una mochila de senderismo es indispensable. No solo puedes llevar todo lo que necesitas, sino que también distribuye el peso de manera uniforme para evitar lesiones.
- Riñonera: Una riñonera es útil para llevar objetos pequeños como una brújula o una botellita de agua.
- Bastones de trekking: Usar bastones de trekking puede reducir hasta un 30% el esfuerzo físico que haces con las piernas, especialmente en terreno difícil.
- Guantes de protección: Los guantes te protegen las manos de las espinas o pinchos de las plantas desérticas. También puedes optar por guantes sin dedos si prefieres mayor movilidad.
- Bolsa de plástico: Lleva bolsas de plástico para guardar la basura y proteger tus equipos electrónicos de la arena fina. La arena del desierto es muy fina y puede dañar fácilmente dispositivos como teléfonos o cámaras, así que manténlos bien guardados.
- Repelente de mosquitos: Aunque no hay tantos mosquitos en todo el desierto, en los oasis pueden ser un problema. Asegúrate de llevar un buen repelente para evitar picaduras.
- Equipo de campamento: Si vas a acampar en el desierto, no olvides llevar una tienda de campaña, sacos de dormir, colchonetas antihumedad y otros equipos esenciales para pasar la noche con comodidad.
Suministros en el desierto
Agua
El desierto es extremadamente seco, por lo que el agua potable es la prioridad número uno cuando se planifica una travesía. Sin embargo, es importante no cargar con demasiada. En tiempos antiguos, durante las largas marchas y batallas, el agua y la comida transportada a cientos de kilómetros rara vez eran suficientes para las personas y las mulas. No tiene sentido llevar un peso innecesario. Calcula bien cuánto necesitas según tu situación y la distancia que recorrerás. En condiciones normales, 4 litros de agua suelen ser suficientes para un día de caminata.
Recuerda que, al sudar mucho, se pierden electrolitos, por lo que consumir solo agua puede causar intoxicación hídrica. Por eso, es recomendable llevar bebidas con electrolitos para mantener el balance.
Alimentos
Lo mejor en el desierto son los alimentos ricos en carbohidratos, como los almidones y azúcares, ya que requieren menos agua para ser digeridos. Evita llevar carne, pues el cuerpo necesita mucha agua para procesarla. No obstante, si puedes solucionar el tema del agua, la carne es una excelente opción, pues es más sabrosa que las galletas o barras energéticas.
Otro equipo necesario
- Equipo de encendido: No importa las circunstancias, nunca olvides un buen dispositivo para encender fuego, ya sea una tira de magnesio o un encendedor.
- Filtrador de agua: En un desierto, siempre puedes encontrar agua, pero muchas veces no es potable. Llevar un buen equipo de filtrado es esencial.
- Cuchillo: Un cuchillo adecuado es indispensable para buscar comida y, sobre todo, para protegerte.
- Sal: Si vas a estar fuera por más de 4 días, es recomendable llevar un poco de sal, y mejor si es en forma de embutidos o carne curada.
- Brújula o GPS: No te arriesgues a perderte. Un GPS o brújula siempre son fundamentales para orientarte.
- Faros y linternas: En el desierto, las temperaturas cambian drásticamente de día a noche, así que es esencial contar con un buen faro o linterna, y no olvides las pilas de repuesto.
- Medicamentos: Es recomendable llevar algunos medicamentos básicos para tratar el golpe de calor y las quemaduras solares, dos problemas comunes en este entorno.
El desierto, con su vastedad y su clima extremo, puede ser un entorno desafiante y peligroso, pero con la preparación adecuada, es posible no solo sobrevivir, sino también disfrutar de la experiencia. Saber cómo lidiar con la escasez de agua, las altas temperaturas y los peligros naturales es crucial para cualquier viajero que se aventure en estos paisajes áridos.
Desde llevar el equipo adecuado, como agua, alimentos y ropa especializada, hasta aprender a orientarse y manejar los riesgos como el golpe de calor, la deshidratación o las tormentas de arena, cada detalle cuenta. Es esencial adaptar las estrategias de supervivencia según las condiciones locales, asegurándose siempre de mantener un equilibrio entre el esfuerzo físico y el consumo de recursos.
La clave está en entender las características del desierto, conocer las fuentes de agua y comida que puedes encontrar en este entorno inhóspito, y prepararte para cualquier contingencia. Con una buena planificación, puedes convertir un reto potencial en una aventura única.
Así que, si estás listo para la aventura, asegúrate de hacerlo de manera segura y responsable, ¡y prepárate para explorar el corazón del desierto con toda la confianza del mundo! Si tienes preguntas o experiencias para compartir con otros amantes de camping, ven a comunidad Facebook Sandiario.