La selva es un lugar con una vegetación súper densa y una fauna increíble. Aquí puedes maravillarte con paisajes naturales que están para quedarse con la boca abierta, pero ojo, la selva también tiene sus riesgos. Entre la maleza tan espesa, perderse es facilísimo. Además, está llena de peligros como mosquitos, serpientes venenosas y, si te va mal, hasta te topas con leopardos o tigres.
Guía básica para la supervivencia en la selva
Saber sobrevivir en la jungla no es opcional; es sentido común y pura intuición.
Cuando pensamos en las selvas tropicales, vienen a la mente leyendas de serpientes venenosas y fieras salvajes que meten mucho susto. Pero la neta es que las bestias rara vez atacan a los humanos de la nada. El peligro real está en los insectos, que son unos expertos para transmitir enfermedades. Durante la guerra, miles de soldados murieron por malaria, tétanos y otros males provocados por picaduras de mosquitos o langostas.
Si te vas a adentrar en la selva, lo primero es superar el miedo y enfocarte en los riesgos reales.
- Vístete bien:Lleva ropa de manga larga, amarra bien los puños y el cuello, y ponte repelente de insectos en toda la piel expuesta.
- Cuida tus zapatos:Échales repelente o jabón para evitar que las hormigas trepen.
- No te sientes donde sea:Evita árboles o pasto húmedo y sombreado.
Para ahuyentar serpientes venenosas, puedes usar un palo para dar aviso de tu llegada. También fíjate si hay serpientes en los árboles. Si te encuentras con un enjambre de abejas, mantén la calma. Agáchate, cúbrete con algo impermeable y quédate quieto como si fueras un árbol.
La selva está llena de enredaderas y maleza, así que usar un machete es básico para avanzar.
- Corta bien: Divide las plantas horizontales en tres partes y retira la del medio. Las verticales, en dos.
- Sé práctico: No cortes todo, abre espacio suficiente para pasar. Si no ves el cielo, haz un hoyo.
Un machete afilado y con buen mango es tu mejor aliado. La clave está en mantener el filo y cortar con precisión.
Caminar en línea recta es clave. Si no tienes brújula, fíjate en el viento o las nubes; ambos pueden ayudarte a orientarte.
Cazar animales no es fácil, pero la selva tiene frutas que te pueden sacar del apuro: coco, mango, papaya o frutos del árbol del pan. Si dudas de qué comer, observa a los pájaros o monos; ellos saben qué es seguro.
Al acampar en selvas tropicales, tienes que darte cuenta de los siguientes puntos:
- Toldo bien hecho: Úsalo para protegerte de bichos, lluvias y serpientes. Lo mejor es armarlo en terrenos altos.
- Materiales frescos: Usa ramas recién cortadas para evitar insectos.
- Cuida el drenaje: Cava zanjas alrededor del campamento y quita las malas hierbas.
Si tienes hamaca, mejor. Ármala entre dos árboles y usa una lona para hacer un techito impermeable. Recuerda mantener todo limpio y enterrar la basura para que no atraigas hormigas, lagartos o, peor aún, serpientes.
Buscando agua en la selva
Cuando estás en la selva y te quedas sin agua, la prioridad número uno es encontrar una fuente lo antes posible. Aguantarás sin comer varios días, pero sin agua solo tres, y eso en el mejor de los casos. Eso sí, ni se te ocurra beber agua sucia, porque los bichos microscópicos que trae te pueden enfermar feo. Si de plano no tienes opción, hierve el agua antes de tomártela, aunque sea un par de minutos.
- Manantiales de montaña: Son la mejor opción, pero encontrarlos en la selva es como buscar una aguja en un pajar. Un buen truco es fijarte en las aves; muchas veces vuelan cerca de fuentes de agua.
- Arroyos: El agua corriente es la segunda mejor opción. Claro, no es lo ideal beberla directamente porque puede traerte problemas, pero si estás entre la vida y la muerte, ¡ni modo!
- Bambú con agua: En la selva hay un tipo de bambú que guarda agua. Busca este bambú cerca de barrancos; tiene unos 10 cm de diámetro y 50 cm de largo. Para saber si tiene agua, agítalo. Si suena como botella con líquido, ese es el bueno. Hazle un agujero y recoge el agua en un recipiente. Solo asegúrate de que no tenga agujeros de insectos, porque esa agua no es confiable.
- Enredaderas de poste: Estas son otra opción genial. Son largas, de 5 a 6 metros, y suelen enrollarse en los árboles. Si las cortas, sale agua potable.
- Rocío de la mañana: En emergencias, el rocío puede salvarte. Usa tu ropa para atraparlo y luego chupa la humedad de la tela.
Encuentra o arma tu refugio
En la selva no te puedes quedar a la intemperie, porque entre bichos, serpientes y los cambios bruscos de temperatura, la llevas perdida. Si además no traes ropa adecuada, encontrar refugio se vuelve todavía más urgente.
La selva está llena de materiales que puedes usar para improvisar un lugar seguro y hasta para encender un fuego. Un buen refugio te protege de la lluvia, el sol, las fieras y hasta del frío si te toca una noche helada. Aquí te van algunas ideas:
- Usa un árbol caído o inclinado: Rodéalo con ramas y forma una especie de "A". Luego cúbrelo con hojas y plantas para que no entre el agua.
- Haz una choza simple: Junta arbustos y ramas verdes para protegerte del viento o la lluvia. Sella bien todos los lados para que no te sorprenda la tormenta.
- Refugio en una cueva: Si encuentras una, asegúrate de que no esté ocupada por osos, serpientes o cualquier animal que pueda verte como su cena.
- Cueva de nieve: Si por alguna razón te toca nieve en la selva, construye un refugio de nieve. Aunque no lo creas, es un gran aislante y te mantendrá calientito.
- Hazte visible: Que tu refugio no sea tan escondido que los rescatistas no te encuentren.
- No te desgastes demasiado: No necesitas un refugio de lujo. Lo importante es que te proteja lo básico, pero que te deje energía para hacer otras tareas.
Encuentra alimentos seguros en la selva
Aunque parece difícil, sobrevivir en la selva no siempre requiere comer. Un adulto puede vivir hasta tres semanas sin comida (si las temperaturas no son extremas), pero lo esencial es que lo que comas sea seguro. Mejor pasar hambre un rato que enfermarse por algo contaminado o venenoso.
- Insectos y bichos: Puede sonar asqueroso, pero los insectos son una gran fuente de proteína. Algunos tienen más proteína que un buen bistec. Eso sí, cocina todo antes de comerlo para evitar infecciones, y descarta bichos de colores brillantes, orugas o los que pican. Antes de comerlos, quítales las patas, alas y cabezas.
- Pescado: Si estás cerca de agua, busca peces pequeños. Son fáciles de atrapar y puedes comerlos completos si los cocinas bien.
- Nada de hongos: Por muy tentadores que parezcan, evita los hongos y las setas. Muchos, especialmente los blancos, son altamente venenosos y no vale la pena arriesgarte.
Consejos básicos de supervivencia
- Equipo para hacer fuego: No entres a la selva sin cerillos o encendedores. Si no los tienes, necesitarás métodos "primitivos" como una lupa, lentes o incluso perforar madera para hacer fuego (aunque esto último es difícil y consume mucha energía). Ten a la mano suficiente material seco como ramas y hojas.
- Ropa impermeable y bolsas plásticas: Las mangas de una chaqueta impermeable pueden servir para recolectar agua. Además, unas bolsas de basura grandes y ligeras son súper útiles: sirven para cargar agua, protegerte del frío, o incluso como un saco de dormir improvisado si las rellenas con hojas.
- Mantente visible: Usa ropa de colores brillantes para que los rescatistas te encuentren. Cuelga chaquetas o cintas llamativas en los árboles como señal.
- Orienta tus pasos: Si decides moverte, sigue un río hacia abajo; suelen llevar a poblados. Evita caminar de noche o en niebla espesa. Si no tienes brújula, usa el sol o las estrellas para orientarte. No camines sin rumbo, eso te hará más difícil regresar.
- Evita hipotermia: La selva puede ser fría por la noche. Cubre el suelo con ramas o hojas antes de acostarte y mantén el cuerpo aislado. Si puedes, calienta piedras al fuego y úsalas para mantenerte caliente, pero asegúrate de que estén secas para evitar que exploten.
- Cuida tu salud: Incluso una herida pequeña puede complicarse. Trata cortes y raspaduras de inmediato para evitar infecciones. Si hace frío, no te duermas al borde de la hipotermia; podrías no despertar.
- No alimentes a los animales:Por más tiernos que parezcan, alimentar a animales salvajes puede atraer depredadores o meterte en problemas.
- Pesca improvisada: Haz una caña de pescar con un palo largo. Ata una cuerda en la punta y usa un gancho casero con algo de carne o insectos como cebo. Con suerte, atraparás tu próxima comida.
- Si encuentras una serpiente: No la molestes; la mayoría no atacará a menos que se sienta amenazada. Si la matas, corta la cabeza y la cola para eliminar cualquier veneno antes de cocinarla.
- Plan de respaldo: Antes de aventurarte, comparte tu ruta, horarios y equipo con alguien de confianza. También lleva un mapa, GPS y herramientas básicas de supervivencia.
- Agua y fuego seguros: Para beber agua, recoge lluvia, nieve derretida o rocío. Nunca bebas nieve directamente porque puede bajar tu temperatura corporal peligrosamente. Si haces fuego, controla las llamas, usa piedras o arena como barrera y asegúrate de apagarlo completamente antes de dejarlo.
Sobrevivir en la selva no es tarea fácil, pero tampoco imposible si tienes las herramientas adecuadas, la mente clara y sigues algunos principios básicos. Desde encontrar agua potable, alimentos seguros, refugio y fuego, hasta saber orientarte y mantener la calma, cada decisión puede ser la diferencia entre salir a salvo o enfrentar mayores riesgos.
Recuerda que la preparación es tu mejor aliada: un buen equipo, ropa adecuada, herramientas básicas y un plan de respaldo pueden ahorrarte muchos problemas. Además, no subestimes la importancia de mantenerte visible y de evitar peligros innecesarios como consumir alimentos desconocidos o entrar en contacto con animales salvajes.
La selva es un entorno tan impresionante como desafiante, pero con conocimiento y preparación puedes enfrentarla con mejores probabilidades de éxito. Siempre informa a alguien sobre tus planes, lleva contigo lo esencial y no olvides que la paciencia, la lógica y la creatividad serán tus mejores recursos para sobrevivir. Si algún día te encuentras atrapado en la jungla, respira profundo, actúa con calma y confía en tu capacidad de salir adelante. ¡El reto es grande, pero no imposible! Si tienes preguntas o experiencias para compartir con otros amantes de camping, ven a comunidad Facebook Sandiario.