Correr parece simple: solo necesitas un par de tenis y las ganas de moverte. Pero si quieres hacerlo de forma segura, saludable y sin lesionarte, hay varios detalles que marcan la diferencia. Desde cómo respirar hasta qué tipo de terreno elegir, todo influye en tu experiencia.
Aquí te dejo una guía con 26 consejos prácticos para que correr se vuelva parte de tu vida y no una tortura pasajera.
Entre todos los deportes, correr es uno de los más beneficiosos, ya que mueve casi todos los músculos del cuerpo. Pero si de verdad quieres correr por salud, vale la pena seguir estos consejos:
- Correr se hace al aire libre, así que la calidad del aire importa mucho. Evita salir en días con neblina o lluvia.
- Encuentra tu propio ritmo. Al principio corre distancias cortas y a un paso tranquilo, así evitarás lesionarte y rendirte pronto.
- En invierno, abrígate bien. Los cambios bruscos de temperatura pueden hacer que te resfríes.
- Elige bien tu ropa y calzado. Usa ropa suelta y unos tenis adecuados, porque correr con calzado inadecuado puede dañar tus pies y tus piernas.
- Respira con el abdomen mientras corres. Si sientes que te falta el aire, baja el ritmo o camina un poco.
- Para las mujeres, usar un buen brasier deportivo es básico para proteger el pecho.
- Cuida que tus uñas de los pies estén bien cortadas, ni muy largas ni muy cortas, para que no te lastimen al correr.
- Correr también tiene su ciencia. Si apenas estás empezando, podrías unirte a un club de corredores y aprender de gente con experiencia.
- Haz un plan de entrenamiento y no lo cambies a cada rato, eso te ayudará a mantener la motivación.
- Prepárate mentalmente: al principio puede ser difícil, pero ten la determinación de superarlo.
- Algunas personas corren con música, pero trata de evitarlo. Correr tiene su propio ritmo, no lo rompas.
- Elige bien el terreno. Si se te cansan mucho las pantorrillas, lo mejor es correr sobre una superficie más suave, como tierra o pasto.
- Mantén una buena postura al correr. Eso te ayuda a moverte con más facilidad y reduce el riesgo de lesiones.
- Además de usar buenos tenis, mantén tus uñas de los pies bien arregladas y del largo adecuado.
- Correr gasta mucha energía, así que el agua es indispensable. Si vas a correr distancias largas, también repón electrolitos.
- Lleva siempre vaselina o crema para masajes. Si te rozas o raspas en el camino, te pueden salvar.
- Como estás en la calle, pon atención a tu entorno. Corre del lado derecho y mantente alerta con los coches.
- No corras sin rumbo. Lleva un registro de tus entrenamientos y ajusta poco a poco tu distancia; no aumentes más del 10% por semana.
- Para no aburrirte, cambia tus rutas de vez en cuando según tu estado de ánimo.
- Cargar tu identificación (como tu INE) no está de más, nunca sabes cuándo podrías necesitarla.
- Al terminar, no te sientes de golpe. Camina un poco o haz estiramientos. Y si te lesionas, no te bañes con agua caliente enseguida para evitar inflamaciones.
- La primera hora después de correr es ideal para hidratarte y comer algo, pero sin excederte, porque podrías ganar peso.
- Lee libros o artículos sobre running; entre más aprendas, mejor podrás mejorar tu entrenamiento.
- No todo es entrenar: el descanso también cuenta. Equilibra el esfuerzo con el descanso.
- No te compares con los demás. Cada corredor tiene su propio nivel. Correr despacio sigue siendo mil veces mejor que no correr.
- Lo más importante: sé constante. Habrá días en los que quieras rendirte, pero aguanta un poco más; quizá termines sorprendiéndote de lo que lograste.
Correr no solo mejora tu condición física, también despeja la mente, libera el estrés y te conecta contigo mismo. Lo más importante es disfrutar el proceso y ser constante. No importa si avanzas despacio, lo esencial es que no te detengas. Así que ponte los tenis, sal al aire libre y deja que cada paso te acerque a una versión más fuerte y feliz de ti.