En la vida diaria, es más fácil de lo que crees terminar electrocutado: un aparato defectuoso, una tormenta con rayos, un cable pelado o hasta una instalación vieja pueden ponerte en riesgo sin avisar.
Saber qué hacer en esos primeros segundos puede ser la diferencia entre un buen susto o algo mucho más grave.
En Sandiario te contamos de forma clara y sin rollos cómo identificar una descarga eléctrica, cómo actuar si tú o alguien más la sufre, y qué errores debes evitar a toda costa. Porque nadie está exento, pero todos podemos estar mejor preparados.
Leer más en: Cómo Detener Hemorragias, Desbridar y Cerrar Heridas en Emergencias
Cuando una cierta cantidad de corriente o estática pasa por el cuerpo, puede afectar el funcionamiento de los órganos, dañar los tejidos e incluso provocar la muerte. A eso se le llama una descarga eléctrica o electrocución.
Esto suele pasar cuando una persona toca directamente una fuente de electricidad, o cuando la corriente, la electricidad estática o los campos eléctricos de alto voltaje alcanzan el cuerpo a través del aire u otros materiales. También puede suceder tras un terremoto, incendio o tormenta, cuando los cables de electricidad se rompen y quedan expuestos, provocando que alguien se electrocute sin querer.
Tanto la corriente de bajo voltaje (menos de 380 voltios), como la de alto voltaje (más de 1000 voltios), e incluso los rayos, pueden provocar lesiones graves por descarga eléctrica.
La electricidad tiene la capacidad de despolarizar las células musculares, lo que causa contracciones muy fuertes. En campo abierto, es común que caigan rayos. Estos rayos son corriente directa y su voltaje puede estar entre los 3 millones y los 200 millones de voltios. Por otro lado, la corriente alterna puede ser más peligrosa que la directa, ya que puede provocar espasmos musculares constantes, impidiendo que la persona se libere del contacto con la fuente eléctrica. Además, la corriente alterna de baja frecuencia es mucho más dañina que la de alta frecuencia. Incluso una corriente menor a 100 miliamperios puede afectar el sistema nervioso central, provocando bloqueos en la transmisión nerviosa.
Al pasar la corriente por el cuerpo, parte de su energía se convierte en calor, lo que hace que la temperatura de los tejidos aumente y pueda haber quemaduras. Los tejidos blandos que están más profundos dentro del cuerpo ofrecen menos resistencia que la piel o los huesos, por lo que suelen ser los más afectados, provocando incluso falta de oxígeno en esos tejidos.
Tipos de descarga eléctrica y a quiénes les pasa más seguido
Las descargas eléctricas pueden ser de dos tipos: naturales y laborales. Las naturales son las causadas por rayos o tormentas, mientras que las laborales ocurren en el trabajo o en casa por mal manejo de la electricidad.
Las personas más propensas a sufrir este tipo de accidentes suelen ser los niños, los mecánicos, los albañiles, quienes trabajan en plataformas petroleras, entre otros. Cada vez son más comunes los casos de descarga eléctrica en la vida diaria, y van en aumento cada año.
Aparte de los rayos, muchas de estas descargas ocurren por desconocimiento sobre el uso de la electricidad, por fallas en los aparatos, cables pelados, niños que tocan enchufes, instalaciones mal hechas, equipos viejos o instalaciones sin mantenimiento.
En días lluviosos, mucha gente se electrocuta por no saber cómo actuar ante el mal clima. El mal tiempo no es buena idea para salir a hacer ejercicio al aire libre. Si alguien se pone a jugar futbol en plena tormenta, corre el riesgo de que lo alcance un rayo. Lo mismo pasa con quienes se refugian bajo los árboles: aunque parezca más seguro, ahí también te puede caer un rayo.
Leer más en: ¿Cómo Pedir Ayuda en una Emergencia en el Campo?
¿Cómo se manifiesta una descarga eléctrica?
Síntomas en una parte del cuerpo (descarga localizada)
Cuando te cae corriente en una parte del cuerpo, normalmente se nota por las quemaduras en el punto donde entró y salió la electricidad. Esas zonas pueden estar muy dañadas, a veces hasta carbonizadas o con hoyos por necrosis. Además, los músculos grandes se contraen con fuerza involuntaria, y eso puede hacer que se te disloque un hombro o hasta que sufras fracturas por compresión en la columna.
Cerca del punto de contacto, la quemadura puede ser más leve, pero si tu ropa se prende, la quemadura puede extenderse a más partes del cuerpo.
Síntomas en todo el cuerpo (descarga generalizada):
Una descarga leve puede causarte susto, palidez, dolor de cabeza, mareo, palpitaciones o calambres dolorosos.
Si es una descarga de alto voltaje, puedes dejar de respirar de golpe, perder el conocimiento o sufrir daños al corazón. En algunos casos, el corazón sufre un infarto o entra en fibrilación (cuando late de forma descontrolada).
Si tienes muchas quemaduras en la piel, tu cuerpo pierde líquidos y eso puede provocarte una baja en el volumen de sangre que circula, lo que te lleva a un tipo de shock muy peligroso. A veces, incluso puede causarte una falla renal aguda.
Si pasaron más de 15 minutos desde que dejaste de respirar y nadie te ayudó, es muy probable que mueras.
Y aunque sobrevivas, puedes perder el sentido de la orientación o tener ataques como los de la epilepsia.
Complicaciones y secuelas de una descarga eléctrica
Después de una descarga, entre uno y dos días después, es común que aparezcan complicaciones como infecciones en las quemaduras, arritmias (latidos irregulares del corazón), sangrados en el estómago o intestinos, acumulación de líquido en los pulmones por causa nerviosa, e incluso problemas graves en la sangre como coagulación diseminada (cuando se forman coágulos por todo el cuerpo de forma anormal).
Aproximadamente la mitad de las personas que sufren una descarga eléctrica tienen ruptura del tímpano, ya sea de un lado o de ambos.
Si una mujer embarazada sufre una descarga fuerte, la corriente puede ser tan intensa que provoque un aborto o la muerte del bebé.
¿Qué hacer si alguien se electrocuta?

Si ves que alguien está recibiendo una descarga eléctrica, lo primero es cortar la corriente de inmediato. Puedes hacerlo quitando el enchufe, apagando el interruptor o bajando la pastilla de luz. Si no puedes cortar la electricidad, usa algo que no conduzca corriente (como un palo seco, una escoba de madera o una herramienta con mango de plástico) para alejar a la persona del cable.
Jamás toques a la persona directamente mientras siga conectada a la fuente eléctrica, porque tú también te puedes electrocutar.
Si la persona cayó al suelo por un cable que quedó colgando y está pegado a su cuerpo, y no puedes apagar la luz, párate sobre algo seco y que no conduzca electricidad (como una tabla de madera o una alfombra de plástico) y usa un palo seco, un bastón, un tubo de bambú o algo similar para separar el cable del cuerpo.
Cuando muevas al electrocutado, hazlo con mucho cuidado. Puede tener fracturas o quemaduras grandes, y si no lo haces con precaución podrías causarle más daño.
Cómo atender a la persona electrocutada
Si la persona no está tan grave, sigue consciente, pero se siente débil, tiene los brazos o piernas entumidos, está nerviosa o se desmayó por un momento pero ya volvió en sí, lo mejor es llevarla a un lugar cómodo, ventilado y cálido. Ayúdala a que se calme, que no se mueva mucho y llama de inmediato a un médico o al servicio de emergencias. Es muy importante que reciba atención profesional aunque parezca que ya está bien.
Si la persona está inconsciente, pero todavía respira o tiene pulso, acuéstala boca arriba en un lugar tranquilo, fresco y sin mucho ruido. Evita que haya gente amontonada alrededor.
Si hace frío, cúbrela para que no pierda calor, y si es necesario, afloja su ropa, como los botones o el cierre del pantalón o la camisa, para que pueda respirar mejor.
Si la persona tiene espasmos, se pone muy pálida, le cuesta respirar o parece que se está asfixiando, no trates de hacer cosas por tu cuenta si no tienes entrenamiento, porque podrías empeorar la situación. En ese caso, llama rápido a emergencias.
Y si la persona dejó de respirar o su corazón se detuvo, puedes hacerle respiración boca a boca o masajes en el pecho, pero solo si sabes cómo hacerlo. Al mismo tiempo, llama a emergencias lo más pronto posible.
¿Qué hacer si tú mismo te estás electrocutando y estás solo?
Si por mala suerte te está pasando corriente y no hay nadie cerca para ayudarte, lo más importante es que mantengas la calma. Los primeros segundos son clave, porque tu cuerpo aún no ha perdido del todo el control.
Si puedes mover una mano, agarra la parte del cable que está recubierta con plástico (la parte aislada) y jala el cable para soltarte. Otra opción es usar tu propio peso para salir: si el cable o el aparato que te está electrocutando está fijo a una pared, empuja con fuerza la pared con los pies y deja caer el cuerpo hacia atrás, como si te dejaras caer para romper el contacto.
Si hay alguien cerca, es muy importante que no intente ayudarte con las manos desnudas, porque entonces esa persona también se convierte en conductor y se puede electrocutar igual que tú. La ayuda solo sirve si quien te rescata usa materiales que no conduzcan electricidad, como palos secos o herramientas con mango aislante.
Recomendaciones finales si vas a ayudar a alguien electrocutado
- Si alguien recibió una descarga de bajo voltaje, muchas veces reacciona por instinto y se aleja solo del cable o aparato. Si después solo siente un poco de entumecimiento o debilidad, basta con que descanse y se mantenga tranquilo.
- Pero si después de la descarga presenta síntomas más graves o raros, como pérdida de conciencia, dificultad para respirar, quemaduras, dolor intenso o movimientos extraños, llévalo cuanto antes al hospital para que lo revisen bien.
- Siempre que vayas a ayudar, usa materiales aislantes para cortar la electricidad o alejar el objeto que provocó la descarga. ¡Jamás pongas tus manos desnudas! No importa cuánto quieras ayudar, si lo haces mal, tú también puedes salir lastimado.
- Si es posible, pon señales de advertencia o bloquea el lugar donde ocurrió el accidente para evitar que otras personas se acerquen y corran peligro.
Las descargas eléctricas no solo pasan en fábricas o durante tormentas; pueden pasar en casa, en la calle o en cualquier momento. Saber cómo reaccionar, mantener la calma y actuar con inteligencia puede salvar una vida—ya sea la tuya o la de alguien más.
Recuerda: nunca pongas en riesgo tu seguridad por querer ayudar sin protección. Usa lo que tengas a la mano como aislante, llama a emergencias y cuida siempre tu entorno. Y si ves instalaciones viejas o cables pelados, repórtalo o arréglalo antes de que sea demasiado tarde.
Leer más en: Cómo Sobrevivir bajo Presión: Enfréntate al Miedo, la Sed, el Frío y más