Subir a la montaña puede ser una experiencia increíble, pero si no te preparas bien, el mal de altura te puede arruinar el viaje… o incluso ponerte en peligro. A partir de los 3000 metros, la falta de oxígeno empieza a pasar factura, y lo peor es que a veces ni te das cuenta hasta que ya estás bastante mal. En Sandiario te explico cómo identificar los síntomas más comunes del mal de altura, desde lo leve hasta lo grave, y qué hacer si tú o alguien más empieza a sentirse mal.
Cuando subes a zonas de más de 3000 metros sobre el nivel del mar, es fácil que empieces a sentir los efectos del mal de altura, ya que el oxígeno en el aire es mucho más bajo. Esto provoca que tu cuerpo no se adapte bien a la falta de oxígeno y empiece a reaccionar con varios síntomas incómodos. Lo primero que suele notarse es que el corazón empieza a latir más rápido, pero una vez que regresas a un lugar con más oxígeno, te vas sintiendo mejor.

El mal de altura puede ser crónico o agudo, dependiendo del tiempo y la intensidad con la que te expongas.
Mal de altura crónico
Este tipo le suele pasar a personas que viven por mucho tiempo a más de 4000 metros de altura. Sus síntomas incluyen un aumento anormal de glóbulos rojos, presión baja o problemas en el corazón relacionados con la altura.
Mal de altura agudo
Este es el más común, y se puede presentar de varias formas:
Reacción aguda al mal de altura
Es la más típica. Si subes de golpe a una zona de entre 2500 y 3000 metros sin aclimatarte, puedes enfermarte entre 6 y 72 horas después de llegar. Los síntomas se parecen a los de una borrachera fuerte: dolor en la frente, palpitaciones, opresión en el pecho, falta de aire, pérdida del apetito, náuseas, vómito y cansancio extremo. A veces, incluso se te ponen morados los labios o las uñas.
Normalmente, si te quedas en esa altura uno o dos días sin esforzarte mucho, los síntomas van bajando hasta desaparecer. Pero, en algunos casos, se puede complicar y convertirse en edema pulmonar o edema cerebral.
Edema pulmonar por altitud
Es el tipo más común y también uno de los más peligrosos. Suele aparecer entre 2 y 4 días después de subir rápidamente al altiplano, especialmente si ya tenías síntomas de reacción aguda. Los síntomas incluyen dolor de cabeza muy fuerte, cansancio extremo, dificultad para respirar y una tos seca que no se quita. Si empeora, puedes empezar a escupir flemas espumosas (blancas o rosadas), tener los labios morados y sentir que el corazón se te va a salir del pecho.
El frío, el esfuerzo físico o una infección respiratoria pueden empeorarlo. También le puede pasar a personas que viven en zonas altas y bajan temporalmente al nivel del mar, y luego regresan al altiplano.
Edema cerebral por altitud
Este es el menos común, pero el más grave. Ocurre cuando llegas de golpe a zonas muy altas (arriba de 3600 metros), y tu cuerpo no logra adaptarse, sobre todo si haces esfuerzo físico fuerte, no duermes bien o estás muy estresado.
Los síntomas aparecen entre uno y tres días después de llegar: dolor de cabeza intenso, confusión, alucinaciones, dificultad para hablar o pensar con claridad. Después puede avanzar a problemas para caminar, rigidez muscular o incluso perder el conocimiento.
¿Qué hacer si tú o alguien presenta mal de altura?
Para reacción aguda:
- Descansa en cama y mantente bien hidratado.
- Usa oxígeno por mascarilla o por tubo nasal (entre 1 y 2 litros por minuto).
- Para el dolor de cabeza puedes tomar aspirina o ibuprofeno.
- Si hay náuseas o vómito, puede usarse una inyección intramuscular de proclorperazina.
- No sigas subiendo hasta que te sientas mejor. Si los síntomas son graves, ve a un hospital en una zona más baja.
Para edema pulmonar:
- Mantente abrigado y en cama.
- Usa oxígeno con mascarilla (entre 6 y 12 litros por minuto).
- Si el oxígeno no es suficiente, toma nifedipino (debajo de la lengua o por vía oral) para reducir la presión en los pulmones y ayudar a respirar mejor.
- Si los síntomas no mejoran, baja al menos 1500 metros cuanto antes.
Para edema cerebral:
- Usa oxígeno con mascarilla (2 a 4 litros por minuto).
- Inyecta 8 mg de dexametasona por vía intravenosa cada 6 horas.
- Si hay pérdida de conciencia o problemas respiratorios graves, puede ser necesario usar un ventilador o respiración asistida.
- No uses demasiado oxígeno, porque puede causar otros problemas.
- Puedes colocar bolsas con hielo en la cabeza, axilas o la ingle, para bajar la temperatura corporal y así reducir el consumo de oxígeno del cerebro.
El mal de altura no es algo que puedas tomar a la ligera. Aunque al principio parezca solo un dolor de cabeza o algo de cansancio, puede escalar (literalmente) a problemas muy serios como edema pulmonar o cerebral. Por eso, si piensas viajar a zonas altas, infórmate bien, ve subiendo poco a poco y escucha a tu cuerpo. Y si algo no se siente bien… ¡mejor baja! Prevenir siempre es más fácil que dar primeros auxilios en medio de la montaña.
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