La caza ha sido una de las primeras formas de subsistencia de la humanidad, un arte que ha evolucionado a lo largo de los siglos, adaptándose a las necesidades y los recursos disponibles en cada época. Sin embargo, en el mundo moderno, la habilidad para cazar se ha perdido en su mayoría, y las herramientas tradicionales ya no son tan efectivas como lo fueron en el pasado. En este contexto, explorar las técnicas antiguas de caza y las herramientas que nuestros antepasados utilizaron nos ofrece no solo una visión fascinante de su relación con la naturaleza, sino también valiosas lecciones sobre el ingenio y la creatividad humana para sobrevivir en la selva o el desierto. A continuación, compartiré algunas experiencias y reflexiones sobre las trampas y armas tradicionales de caza, basadas en mi propia vivencia en la naturaleza.
Aunque rastrear, acechar y disparar a las presas suena emocionante, la realidad no es tan romántica como la gente cree. El proceso es largo, aburrido y hasta tedioso. La soledad y el aislamiento a menudo ponen a prueba tu paciencia, y cuando la presa se escapa, te destruye la confianza. Créanme, cuando teníamos armas en las manos, hubo ocasiones en las que las presas se nos escapaban. Ese tipo de frustración es algo que pocos pueden entender. Incluso con armas de última generación (pistolas, telescopios, etc.), la tasa de éxito en la caza con rastreo humano no supera el 30%. Pero, aunque es complicado, el rastreo sigue siendo el paso más importante en la caza. Las emboscadas pueden tener una alta tasa de éxito, pero requieren mucho tiempo y, por supuesto, mucha suerte. Además, no siempre tienes el tiempo necesario para cazar en la naturaleza, entre las tareas del campamento y el cansancio de varios días seguidos.
Las trampas son sin duda la forma más sencilla y efectiva de cazar. Te liberan de la soledad de la caza y son muy eficaces. Todas las trampas naturales se basan en la gravedad o en la elasticidad, o incluso una combinación de ambas.
Trampa de aterrizaje
La trampa de tierra es la más sencilla y efectiva. Eso sí, tiene sus desventajas: no es muy adaptable y consume bastante energía física.

En pocas palabras, una trampa de tierra es un hoyo que cavas en el suelo. Pero no puedes hacerlo en cualquier lugar, la clave está en escoger bien. Cavar a lo loco no te sirve de nada, solo te sirve para hacer ejercicio. Debes buscar el “camino” de los animales, fijarte en las huellas y determinar el tipo de presa según el tamaño y las marcas en el suelo.
El tamaño y la profundidad del hoyo no siempre son importantes, lo que importa es que se ajusten al tipo de presa que estás buscando. Un hoyo de 1 metro cuadrado y unos 90 cm de profundidad es ideal para cazar la mayoría de las presas. Se colocan palos afilados de bambú o madera en el fondo, y luego se cubren con ramas flexibles, como si fueran pedales. Después, cubres todo con tierra suelta y algunas hojas.
Lo importante es que el terreno donde está la trampa no se vea alterado. Si las presas sienten que algo está raro, se van a asustar y no caerán. Puedes disimular el olor de la trampa con algunas ramas quemadas. Si cazas herbívoros, un buen cebo puede ser un manojo de hierba empapada en agua salada; si son carnívoros, la carne será lo que más les atraiga.
Cuando la presa pise el pedal, caerá en el hoyo y quedará atrapada por las púas de bambú, que evitarán que escape.
Lo mejor es combinar trampas de tierra con emboscadas. Encuentra un buen lugar para la emboscada y, cuando la presa esté cerca, salta y haz ruido. La presa saldrá disparada por su camino habitual y caerá justo en la trampa. Si tienes buen cebo, puedes cavar trampas en zonas donde ya haya rastros de presas y atraerlas hacia ahí.
Las trampas de tierra tienen muchas ventajas, pero también tienen sus inconvenientes. Si el terreno es muy duro, seguir cavando es una pérdida de tiempo. En ese caso, mejor opta por trampas elásticas, que son más fáciles de hacer.
Las trampas elásticas vienen en diferentes tipos. Te voy a enseñar algunas sencillas, efectivas y bastante seguras.
Además de la cuerda, un elemento clave para hacer una trampa elástica es el gatillo con forma de gancho. Este gatillo permite que la trampa se quede en “espera” hasta que la presa toque el cebo. Un buen gatillo con gancho debe ser muy sensible para que se dispare tan pronto como la presa lo toque.
Gatillo de gancho
Colgar a la presa es una de las mejores maneras de atraparla. El nudo que se forma alrededor de su cuello la matará rápidamente. Incluso si el lazo está alrededor de sus patas, la presa no podrá escapar y se agotará luchando con todas sus fuerzas. Y si te topas con una presa muy fuerte que intenta romper el lazo, al menos lograrás atraparle una pata.

Generalmente, las ramas flexibles y el bambú son los materiales perfectos para lograr este efecto. A este tipo de trampa elástica le llamamos "trampa de eslinga".
Además de las trampas para urogallos, también hay otros tipos de trampas de eslinga que se utilizan comúnmente:


Este tipo de trampa de honda tiene un rango de caza bastante amplio y puede atrapar tanto herbívoros como carnívoros más pequeños. La cuerda se coloca plana sobre el suelo, luego se ata el cebo con otra cuerda, se coloca el gatillo con gancho, y el cebo se coloca en el centro del lazo. Es importante que el cebo esté bien atado, ya que si la presa lo arranca fácilmente, el gatillo no se activará. Si pones uno o dos lazos más, el resultado será mejor.
Esta trampa también es común para cazar roedores o para colocarla en caminos estrechos. Cortas una rama en forma de cuña en un extremo, como se ve en la imagen. Luego, la doblas y la pegas cuidadosamente en la pared, de tal manera que el lazo y el palo bloquean casi todo el camino, obligando a la presa a atravesar el lazo. Esta trampa es bastante efectiva, pero tiene ciertos requisitos en cuanto al terreno. Lo bueno es que no tienes que preocuparte mucho, porque los animales no son tan inteligentes como parecen, y rara vez eligen pasar por donde puedan trepar rocas.
Trampa de gravedad
Cuando no tienes ramas flexibles, también puedes usar ramas horizontales que se han doblado. Si no hay ramas horizontales adecuadas, puedes usar objetos pesados para reemplazar la fuerza elástica. Ten cuidado de no poner la eslinga cerca del tronco del árbol, ya que la presa podría usarlo para escapar. Utiliza troncos naturales o ata un palo para bloquearla y evitar que la presa suspendida se acerque al tronco del árbol.


A veces, la presa puede morder la cuerda y escapar, pero una trampa de caída de rocas es mucho más cruel. Cuando la presa cae en la trampa, ¡la probabilidad de que sobreviva es casi nula!
Aunque se llama "trampa de rocas", no necesitas levantar piedras gigantes en la naturaleza, ya que su alcance letal sería muy pequeño. Este nombre se usa porque su principio es el mismo que el de la caída de rocas.
Puedes crear una "roca que cae" con ramas o bambú y atar palos afilados. Las ramas más gruesas harán que la trampa sea más pesada y eficaz. Si no tienes ramas gruesas, puedes colocar piedras en el marco para darle más peso.
Clava una estaca firmemente en el suelo, pasa la cuerda a través de ella, ata el cebo al centro de la "roca que cae" y ajusta el gatillo del gancho en el otro lado.

Advertencia: Las trampas de caída de rocas son peligrosas. Puede que parezca una buena idea colocar el anzuelo y el cebo justo en el centro de la trampa, pero si el anzuelo no se engancha bien, terminarás golpeándote tú mismo en lugar de a la presa. Asegúrate de medir el tamaño, atar el cebo primero y rodear las rocas caídas con la cuerda. Y lo más importante, ¡no te pongas debajo de ellas! Si tienes un compañero, este debe sujetar la piedra que cae, enganchar el gatillo y soltarla con cuidado.
Cuando cazas en la naturaleza, generalmente te enfrentas a animales pequeños. La trampa de piedra que se muestra es ideal para cazar roedores.

Corta una rama en forma de cuña y átale un palo con cebo. Luego, levanta una piedra plana y sostenla cuidadosamente con la cuña para mantenerla en equilibrio. Cuando la presa toque el cebo, la piedra caerá y aplastará a la presa.
Trampa de púa
La trampa de púa es una de las más efectivas, sencillas y fáciles de hacer. Puede atrapar presas de todos los tamaños. Generalmente, las púas de barrido se colocan en caminos, pero también puedes ponerlas en otros lugares y atar el cebo a la cuerda de la trampa.
Advertencia: Usar clavos o púas puede ser peligroso. Asegúrate de medir bien la cuerda y de que las estacas estén bien atadas (las estacas fijas son las que se usan para que la trampa no se mueva).
La trampa compuesta de doble púa es bastante simple y efectiva. Funciona con el mismo mecanismo de activación que la trampa de púa, pero tiene dos púas, una alta y otra baja. Cuando la presa activa el mecanismo, ambas púas atacan desde diferentes alturas, dejándola sin escapatoria.


Advertencia: Al colocar cualquier trampa, asegúrate de avisar a tus compañeros sobre su ubicación. Y cuando ya no la vayas a usar, desmantélala para evitar que alguien se lastime accidentalmente. Siempre ten cuidado al colocar trampas con palos de bambú o piedras caídas; nunca pases por delante del cuchillo afilado o debajo de las rocas caídas.
Algunas experiencias de caza
La caza es una de las primeras profesiones de la humanidad, pero hoy en día no es fácil para la gente moderna dominar esta habilidad.
La lanza era perfecta para cazar grandes herbívoros, pero lamentablemente, hoy en día hay muy pocos de estos animales viviendo en su estado natural.
El arco y la flecha son las armas más poderosas que ha creado el ser humano. Muchos animales han caído por culpa de los arcos y flechas, incluso más que por las armas de fuego (y también han sido responsables de muertes humanas). Pero gracias a los humanos, hoy en día los arcos y flechas casi no sirven en las montañas o los bosques. Solo es posible cazar ciervos de vez en cuando en los pastizales o en los campos cubiertos de nieve.
Los arcos improvisados en la naturaleza no tienen el rendimiento de los arcos antiguos utilizados para la caza del águila. Incluso con un arco compuesto, la tasa de éxito en cazar a más de 30 metros es extremadamente baja. En lugar de usarlos como herramientas de caza, los arcos y las jabalinas ahora se usan para recordar una gran tradición que ha desaparecido, para revivir ese instinto de caza que todos llevamos dentro.
Basado en mi experiencia personal, descubrí con algo de vergüenza que la honda es el arma que más presas me ha dado de todas las herramientas arrojadizas. La honda es muy eficaz para matar pájaros pequeños, ranas y otras presas. Este tipo de presas es fácil de encontrar y se puede acercar a menos de 10 metros. Puedes usarla en cualquier momento, incluso cuando estés en el camino. La clave está en que es muy fácil de hacer y de usar.
La herramienta que más presas me ha traído ha sido la trampa, pero para hacerla bien es necesario tener algunos conocimientos de equilibrio mecánico y ser muy preciso con las medidas del material. No es difícil hacer una trampa, ya que el cerebro humano es más astuto que el de la presa.
El material del gatillo de gancho debe ser lo suficientemente duro. La madera blanda no es ideal para hacer estos gatillos. El bambú es un buen material, pero si no sabes trabajarlo bien, puede atascarse fácilmente y no activar la trampa. Corta ligeramente el tubo de bambú, pero no lo hagas demasiado profundo. Aunque el lazo vertical es más simple, la cuerda blanda puede ser difícil de estirar, lo que disminuye las posibilidades de éxito. El lazo plano no tiene ese problema. Cuando necesites clavos molidos para ayudar a que la cuerda gire, asegúrate de clavarlos firmemente, porque si no lo haces, la trampa fallará.
El cebo es otro punto importante. A los herbívoros les encanta la hierba o las hojas mojadas en agua salada, mientras que los carnívoros prefieren el olor de la sangre. Cambiar un trozo pequeño de carne por uno grande es un intercambio que vale la pena. Los órganos internos de los animales son excelentes cebos en este caso, así que asegúrate de quedarte con la carne para ti. El cebo debe estar atado con una cuerda, y aunque el gatillo del anzuelo no esté súper sensible, se soltará cuando la presa lo rompa.
Es mejor usar guantes cuando hagas trampas para evitar que el sudor deje olor en la trampa y despierte las sospechas de la presa. Aunque los animales son muy sensibles al humo, también están acostumbrados a él. Fumar el lazo con humo no solo disimula el olor a sudor, sino que también despierta la curiosidad de las presas, especialmente de los herbívoros. El olor a sudor puede hacer que desconfíen, pero cuando no hay cebo disponible, puedes probar usar ropa interior manchada de sudor. A veces eso puede atraer a los animales curiosos a activar el mecanismo de la trampa.
No creas que todo va a salir bien solo porque hagas una trampa sofisticada. La tasa de éxito de una trampa está entre el 10% y el 30%, por lo que generalmente se recomienda colocar entre 5 y 10 trampas.
Las trampas se usan para atrapar presas pequeñas, como roedores, por lo que es muy importante elegir bien el lugar para ponerlas. También puedes encogerte y ponerte en el lugar de un ratón o conejo, observando el entorno desde su perspectiva. Así, podrás encontrar fácilmente su camino entre raíces, rocas y hierba. Si encuentras una cueva donde los roedores viven en grupo, no pongas la trampa cerca de la entrada. A unos 5 o 10 metros de la entrada es donde se cruzan los caminos que usan para entrar y salir. Colocar una trampa en ese punto tiene una tasa de éxito bastante alta, y puedes capturar la presa con un lazo simple, como una trampa para ardillas.
La caza, aunque ha perdido su importancia como actividad de supervivencia para la mayoría de las personas en el mundo actual, sigue siendo una habilidad fascinante y útil que conecta al ser humano con sus orígenes. A través de las herramientas tradicionales como la honda, el arco, la trampa y el ingenio que conlleva el diseño de trampas, podemos entender mejor las complejas relaciones que se establecen entre la naturaleza, el cazador y la presa. Aunque las tasas de éxito no siempre sean altas, estas experiencias nos enseñan a valorar el proceso, el conocimiento ancestral y la importancia de la paciencia y la estrategia en la vida salvaje. En este mundo lleno de avances tecnológicos, no debemos olvidar las lecciones que nos dejaron los cazadores de antaño, quienes, a pesar de las limitaciones, lograron sobrevivir y adaptarse con astucia y perseverancia. Si tienes preguntas o experiencias para compartir con otros amantes de camping, ven a comunidad Facebook Sandiario.