¿Te ha pasado que apenas subes a un coche, barco o avión, y al poco rato ya te sientes con náuseas o con la cabeza dando vueltas? Eso no es casualidad, se llama mareo por movimiento, y aunque no es una enfermedad grave, sí puede arruinarte cualquier viaje o paseo. En Sandiario te explico por qué pasa, qué puedes hacer para prevenirlo y cómo sentirte mejor si te agarra en plena travesía.
El mareo por movimiento (o cinetosis) es una reacción que se da cuando se estimulan de más los nervios del oído interno, que controlan el equilibrio. Suele pasar cuando viajas en coche, barco o avión, debido a los brincos, sacudidas o giros constantes. Esos movimientos acelerados afectan el sistema del equilibrio y provocan varios síntomas.
Por lo general, empieza después de unos minutos u horas de viaje. Al principio puedes sentir una molestia en la boca del estómago, seguida de náuseas, palidez, sudor frío, y más adelante pueden presentarse mareos, bajón de ánimo, exceso de saliva y vómito. En casos más graves, también puede haber baja de presión, respiración lenta y profunda, temblores en los ojos, deshidratación y desequilibrio de electrolitos por tanto vomitar.
Lo bueno es que, en la mayoría de los casos, los síntomas mejoran al dejar de moverse o después de unas horas de haber terminado el viaje. Aunque hay personas que siguen sintiéndose mal por días, con debilidad en el cuerpo y flojera general. Si vuelves a moverte o exponerte a esos estímulos, los síntomas pueden regresar. Pero con el tiempo y la repetición, el cuerpo suele acostumbrarse y los malestares se van haciendo menos intensos, o incluso dejan de aparecer.
A diferencia de otras enfermedades, el mareo por movimiento no es algo grave ni una “enfermedad” como tal. Es simplemente una reacción del cuerpo a un estímulo que se sale de lo común. Por eso, no existe una cura definitiva. Lo que sí puedes hacer es seguir algunos consejos para aliviar o retrasar los síntomas.
La mejor forma de evitarlo es no exponerte a las situaciones que lo causan, como viajes en carro o barco. Aunque también existe una forma de “entrenar” el cuerpo, como hacen los pilotos: exponerlo poco a poco a movimientos como girar en sillas, columpiarse o subirte a juegos con movimiento. Con el tiempo, el sistema del equilibrio se adapta y los síntomas disminuyen. Pero claro, si estás en una situación de supervivencia al aire libre, eso no es nada práctico.
Si ya te dio el mareo, lo ideal es que te recuestes boca arriba con los ojos cerrados, en un lugar tranquilo, bien ventilado y donde haya el menor movimiento posible. Si estás sentado, apoya bien la cabeza en el respaldo o en algo que no se mueva, para evitar más sacudidas.
Cuando hay vómito fuerte, deshidratación o baja de presión, se recomienda aplicar suero por vía intravenosa y reponer electrolitos. También puedes presionar con los dedos el área del ombligo, lo cual ayuda a calmar las molestias.
Aunque el mareo por movimiento es molesto, no es algo de lo que debas preocuparte demasiado. Conociendo tus límites y tomando algunas precauciones, puedes seguir disfrutando tus viajes sin que el malestar te gane. Y si te toca enfrentarlo, ya sabes qué hacer para sobrellevarlo como todo un aventurero. ¡No dejes que un mareo te detenga!