Escalar montañas es una de las actividades más emocionantes y desafiantes al aire libre. Ya sea que te enfrentes a un terreno rocoso, un acantilado empinado o una montaña cubierta de tierra y vegetación, cada ruta presenta sus propios desafíos y requiere habilidades especiales. En Sandiario, vamos a explorar algunos consejos prácticos sobre cómo escalar diferentes tipos de terreno, qué herramientas puedes utilizar y cómo mejorar tu coordinación física para enfrentar con éxito estas aventuras de montaña. Prepárate para enfrentarte a la naturaleza con las mejores recomendaciones para escalar de manera segura y efectiva.
Amigos, ¿quieren ser Spider-Man?
En terrenos selváticos y montañosos, la naturaleza ya tomó la decisión por ti, y a veces no tienes muchas opciones. Antes de lanzarte a escalar, evalúa bien el terreno. Si lo que quieres es escalar una pared de roca vertical de varios metros o hasta cientos de metros de altura, mejor ve a un gimnasio de escalada, paga por una clase y aprende de manera segura. En lugares como selvas, montañas y bosques, lo que vas a escalar generalmente es un pequeño obstáculo, que casi siempre mide entre 10 y 30 metros. Las pendientes suelen estar entre 60° y 80°.
Si encuentras una montaña gigante o una pared de roca vertical de 90° en el camino, lo más probable es que estés en el lugar equivocado, o simplemente no leíste bien el mapa. Eso sí, si decidiste subirla, es porque realmente te gustan los retos de montaña.
Recuerda que escalar es una actividad física. Las personas con brazos fuertes y buena coordinación tienen ventaja. Si tus brazos no están tan fuertes o no puedes hacer ni cinco dominadas, mejor deja la escalada para otro. Si tus pies no te responden bien al caminar, abandona la idea de escalar y espera a que los demás suban, a lo mejor hasta te tiran una cuerda.
Cuando escales, el pie derecho y la mano izquierda deben moverse al mismo tiempo para generar una fuerza hacia arriba, y lo mismo con el pie izquierdo y la mano derecha. Esto te ayudará a ahorrar fuerza. Evita usar solo los brazos para impulsarte, porque eso va a terminar doliéndote mucho en los músculos de los brazos. Recuerda, las piernas son tus mejores aliadas; usa los pies para empujarte, no solo las manos.
Elige bien la ruta de escalada y asegúrate de que tus extremidades tengan al menos tres puntos de apoyo. ¡Imagínate qué tragedia sería quedarte colgado sin poder subir ni bajar!
Es mejor mantener los brazos estirados mientras escalas y no tensar los músculos más de lo necesario, porque esto hará que tus brazos reciban suficiente sangre y no te duelan tanto.
Una cosa importante: no debes doblar la cintura al escalar. Mantén el pecho y el abdomen cerca de la pared de roca. Esta es la postura más básica, también conocida como "postura de rana", que te ayuda a mantener el equilibrio. Y si llegas a caerte, al menos tu cuerpo cerca de la pared va a dar algo de fricción, lo que puede hacer que la caída no sea tan mala.
Obviamente, el entorno real puede ser mucho más complicado de lo que te cuento aquí. En muchos casos, la "escalada de rana" no será posible, y eso pondrá a prueba tu coordinación física. Si has entrenado profesionalmente, la experiencia será más gratificante. No solo entenderás mejor la escalada, sino que podrás hacer movimientos retorcidos pero efectivos que la gente común no puede, lo que te permitirá llegar a la cima.
Si te enfrentas a una pared de roca lisa de 90°, te recomiendo no intentar escalarla sin puntos de apoyo o equipo adecuado. Subir una pared así con las manos desnudas es extremadamente peligroso. En pendientes de 60° a 80°, en montañas, selvas, y terrenos rocosos más empinados, escalar sin equipo casi nunca causa lesiones graves, ya que siempre hay grietas en las rocas, raíces de árboles o hierba densa que sirven de puntos de apoyo.
Pero ojo, en las pendientes de loess, las grietas secas en el terreno no siempre son tan seguras como parecen. Hay que elegir bien los puntos de apoyo antes de subir. Raíces de árboles podridos, piedras pequeñas que sobresalen, o incluso la capa de tierra que acaba de ser arrastrada por lluvias fuertes, pueden parecer sólidas, pero en realidad son muy traicioneras y pueden causarte problemas serios.

Las raíces de las plantas en las montañas pueden penetrar profundamente en el suelo, y en muchos casos, los grupos de raíces son lo suficientemente fuertes como para soportar a un adulto promedio. En los bosques de montaña, es común encontrar plantas de paja, que suelen ser muy útiles como puntos de apoyo al escalar. Sus raíces tienden a penetrar bastante en el suelo y suelen crecer de manera espontánea.
Sin embargo, ten cuidado con los tallos de estas plantas, ya que suelen tener espinas finas que pueden lastimarte. Por eso, no olvides usar guantes. Por otro lado, las plantas de raíces poco profundas, como el pasto común o el pasto cola de zorra, no son aptas para ser usadas como puntos de apoyo.
Cuando escales una montaña, la vegetación te puede dar una idea rápida de si el terreno es adecuado para subir. Si encuentras hierba densa, helechos, arbustos o árboles con un diámetro mayor a 5 cm, es probable que el suelo sea lo suficientemente firme como para escalar.
Recuerda que los puntos de apoyo son las raíces de las plantas. Si agarras los tallos, ramas o hojas, no puedo asegurarte que puedan soportar tu peso.
En algunos terrenos, las hierbas con raíces poco profundas dominan las laderas y no hay suficientes puntos de apoyo. ¿Recuerdas tu cuchillo de supervivencia? Sí, en estas situaciones, el cuchillo puede servir como un punto de apoyo móvil. Tómalo al revés (con la punta hacia abajo y la hoja hacia adentro) y, con la mano derecha, clávate el cuchillo profundamente en el suelo. Mientras haces esto, empuja con los pies para ganar algo de impulso. (Es mejor correr una pequeña distancia si puedes). Con la mano derecha, tira de tu cuerpo hacia arriba, mientras que con la mano izquierda arañas la tierra para encontrar raíces y, de ser posible, agárralas para seguir subiendo. Luego, sigue utilizando el cuchillo con la mano derecha.
Este método necesita que todo se haga de un solo movimiento y requiere una buena coordinación corporal y fuerza en los brazos. Generalmente, solo lo usarás en terrenos con suelo grueso y poca altura. Ten cuidado, porque en pendientes muy pronunciadas, este método puede ser riesgoso, y aún más si la distancia de escalada es larga. Por eso, te recomiendo que lo uses en terrenos con pendientes de 60° a 80° y una altura no mayor a 10 metros.
¡Atención! Subir con un cuchillo puede dañarlo fácilmente, así que úsalos con precaución.
Si llevas una pala de zapador con pico, también puedes usarla para ayudarte a escalar. Levanta el pico y golpéalo con fuerza contra el suelo, revisa que esté bien firme antes de usarlo como punto de apoyo. Muchos documentales muestran cómo se escalan icebergs usando picos de hielo, y este método puede ser útil en ciertos terrenos.
Escalar una montaña rocosa es mucho más fácil que escalar un iceberg.
En la montaña de tierra, también puedes avanzar de manera constante: usa un cuchillo, una pala de zapador o un palo para cavar pequeños hoyos en el suelo. Estos hoyos son como escalones que te permiten subir paso a paso hasta la cima, aunque te advierto que esto requiere mucha energía.
En las montañas con mezcla de tierra y rocas, las grandes rocas inclinadas son suficientes para soportar tu peso. Es importante saber distinguir bien los puntos de apoyo en montañas de tierra y roca. Si ves una piedra pequeña parada de manera abrupta sobre un pedazo de tierra poco profunda, no la consideres como un punto de apoyo en tu ruta. Las piedras sólidas en las montañas rocosas suelen tener superficies que han sido lavadas y erosionadas por el agua de lluvia, lo que las hace más lisas y seguras para escalar.
La mayoría de las pequeñas piedras se encuentran en el suelo fino, por el lavado del agua de lluvia, y el color de este suelo es más claro que el de la tierra acumulada por mucho tiempo. Estas piedras no son fuertes. La paja no es útil en este tipo de terreno, ya que es débil y su sistema de raíces no llega lo suficientemente profundo para agarrarse bien al suelo.
En las montañas rocosas, es más fácil identificar los puntos de apoyo. Solo necesitas observar si las grietas de las piedras están muy desgastadas, si hay musgo resbaladizo o si encuentras piedras grandes y estables.
Un ejercicio muy sencillo para mejorar tu coordinación física se puede hacer en casa. Solo acuéstate en el suelo e imita los movimientos de un gecko: mueve la mano izquierda y el pie derecho al mismo tiempo, luego la mano derecha y el pie izquierdo. Recuerda no levantar las caderas, ni arquear la cintura, y mantén el pecho y el abdomen cerca del suelo. Las manos, la parte interna de tus rodillas y tus pies serán tus puntos de poder. Este ejercicio es común en el entrenamiento militar para mejorar la coordinación.
Escalar en el suelo es solo un ejercicio básico para mejorar tu coordinación. En la escalada, mientras más fuerte sean tus dedos, brazos, cintura y piernas, y mejor sea la coordinación de tus músculos, más fácil será escalar para ti.
En algunas áreas, podrías encontrar árboles inclinados sobre pequeños acantilados. En ese caso, puedes usar cuerdas para ayudarte a subir. Encuentra un árbol adecuado, ata una piedra al final de la cuerda (la piedra debe tener suficiente peso) y lánzala sobre el árbol desde el lado del acantilado. Cuando la piedra caiga, pasa la cuerda por el tronco, sacúdela para acercarla al acantilado y luego haz un lazo con la cuerda. Tírala con fuerza para atar el árbol, y con eso podrás usar la cuerda para trepar por la pared de roca.
No aprietes el lazo rápidamente. Es mejor agitar la cuerda para que quede bien cerca del acantilado. Esto te permitirá presionar los pies contra la pared y aliviará la tensión en tus brazos al escalar. A mitad del camino, te será muy difícil mantenerte en el aire, ¡y eso podría ser un poco incómodo! Intenta elegir un árbol grueso como punto fijo. Una vez que hayas atado la cuerda, agárrala con fuerza y usa tu propio peso para probar que la cuerda y el árbol estén estables antes de continuar.
Escalar una montaña no solo es una prueba de fuerza, sino también de astucia y paciencia. Ya sea usando tus propias habilidades o herramientas como cuerdas, picos y cuchillos de supervivencia, lo importante es saber reconocer los puntos de apoyo adecuados y tener la técnica correcta. Además, los entrenamientos para mejorar tu coordinación física y fortalecer tus músculos son clave para hacer de la escalada una experiencia mucho más sencilla. Con los consejos y métodos compartidos, estarás mejor preparado para enfrentar las montañas, ya sea en su versión rocosa o en terreno más suave. ¡Así que sigue explorando y nunca dejes de desafiarte a ti mismo en tu próxima aventura de escalada! Si tienes preguntas o experiencias para compartir con otros amantes de camping, ven a comunidad Facebook Sandiario.