Los hongos silvestres pueden parecer un manjar tentador cuando sales de excursión o de campamento, pero también esconden uno de los mayores peligros en la naturaleza: la intoxicación. No siempre es fácil distinguir entre un hongo comestible y uno venenoso, y un error puede costarte la vida. En Sandiario vas a conocer los síntomas más comunes de la intoxicación por hongos, los diferentes tipos de cuadros que puede causar y, lo más importante, los primeros auxilios que debes aplicar en caso de emergencia.
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Los hongos son ricos en minerales y muy sabrosos, por eso a mucha gente le encanta comerlos. Pero como bien sabes, no todos son seguros: algunos son comestibles sin problema, y otros tienen toxinas que pueden ser mortales.
En nuestro país ya se han identificado unas 300 especies de hongos comestibles y casi 80 especies venenosas. Entre las más comunes están la amanita verde, la amanita muscaria (el clásico hongo rojo con puntitos blancos) y el morchella falsa. Suelen distinguirse porque tienen colores muy llamativos, el sombrero y el tallo con manchas, y al romperse el tallo sueltan un líquido viscoso. Aunque ojo: no todos los hongos venenosos son así, por ejemplo la amanita blanca no tiene colores fuertes y aun así es letal.

Si comes un hongo venenoso puedes presentar diarrea, dolor abdominal, vómito, calambres, exceso de saliva, y a veces incluso entrar en un estado de excitación, risa incontrolable, temblores en los dedos o alucinaciones. Esto pasa porque las toxinas dañan órganos como el corazón, hígado, riñones y sistema nervioso.
Por eso, cuando estés en el monte o de campamento, nunca recojas ni comas hongos silvestres al azar: el riesgo de intoxicación es altísimo.
Tipos de intoxicación según el hongo:
- Tipo hemolítico: los síntomas aparecen entre 6 y 12 horas después de comer el hongo. Primero hay náusea y después pueden presentarse hígado inflamado, ictericia, anemia y en algunos casos hemoglobinuria (la orina se vuelve rojiza). Con tratamiento médico adecuado, sobre todo corticoides, suele controlarse. El morchella falsa da este cuadro.
- Tipo gastrointestinal: tras comer hongos como rúsulas, lactarios, boletos, amanita anaranjada, etc., los síntomas aparecen de los 10 minutos a 2 horas: náusea, vómito, dolor de panza, diarrea acuosa, debilidad.
- Daño hepático y renal: después de 10 a 30 horas aparecen síntomas como los de una gastritis, pero luego se dañan órganos importantes, sobre todo el hígado. Algunas personas se recuperan en 1 semana, otras en 2 a 3, pero la tasa de mortalidad es alta. La amanita blanca suele causar este tipo de intoxicación.
- Tipo nervioso: entre los 10 minutos y 6 horas hay problemas digestivos junto con salivación excesiva, pupilas pequeñas, sudoración, lagrimeo, pulso lento, alucinaciones, excitación y dificultad al caminar. El clásico hongo rojo de puntos blancos entra aquí.
- Tipo psíquico: da mareo, somnolencia, confusión mental, e incluso alucinaciones o delirios.
¿Qué hacer en caso de intoxicación con hongos?
- Llama a una ambulancia de inmediato y guarda una muestra del hongo para que el doctor pueda identificarlo. Nota: si alguien presenta síntomas, todos los que comieron el mismo hongo están en riesgo.
- Provocar vómito y lavado gástrico: haz que la persona beba bastante agua tibia o agua con sal ligera para reducir la absorción de toxinas y después induce el vómito (puedes estimular la garganta con un dedo).
- Hidratación y diuresis: dale suficiente agua para ayudar a eliminar las toxinas.
- Tratamiento con antídotos (si los hay) bajo supervisión médica.
- Tratamiento sintomático: a quienes tengan convulsiones o síntomas mentales, darles medicamentos sedantes (siempre en hospital).
- Rehidratar: darle suero casero (agua con sal y azúcar) para reponer líquidos perdidos y evitar choque por deshidratación.
- Evita la asfixia: nunca intentes dar agua a una persona inconsciente, podrías provocarle atragantamiento.
- Mantener caliente al paciente, tapándolo con una cobija.
Cómo reconocer un hongo venenoso
- Color: los comestibles suelen ser morado claro, café o rojo grisáceo. Los venenosos muchas veces son blancos, negros, dorados, rosados o verdes brillantes.
- Forma: los venenosos suelen ser más viscosos, con anillo en el tallo y el sombrero con manchas o escamas.
- Olor: los comestibles huelen a almendra amarga o frutas, mientras que los venenosos huelen a rábano o papa cruda.
- Secreciones: si al romper el tallo el líquido es claro o blanco y no cambia de color, suele ser comestible. Si el líquido es espeso, marrón rojizo y cambia rápido de color al contacto con el aire, es venenoso.
- Lugar donde crece: los comestibles suelen aparecer en praderas, encinos o pinos, mientras que los venenosos crecen en lugares húmedos, oscuros y sucios.



Los hongos silvestres son engañosos: algunos son deliciosos y seguros, pero otros contienen toxinas mortales que pueden dañar gravemente tu cuerpo. Por eso, nunca intentes adivinar cuáles son comestibles ni confíes en remedios caseros para distinguirlos. Ante la duda, lo más seguro es no comerlos. Y recuerda: si alguna vez tú o alguien de tu grupo presenta síntomas después de comer hongos, busca ayuda médica de inmediato y aplica las medidas de primeros auxilios que ya conoces. Tu rapidez puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
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