Dormir bien en la naturaleza puede marcar la diferencia entre una aventura increíble y una noche de pesadilla. Ya sea que vayas de campamento, a una expedición o a sobrevivir en lo salvaje, necesitas descansar para recuperar energía y mantenerte en forma. En Sandiario te cuento qué equipo necesitas —desde sacos de dormir hasta colchonetas— y cómo elegir lo mejor según el clima, el terreno y tu comodidad. ¡Que nada te agarre en curva!
Cuando vas a sobrevivir en el monte o a acampar por tu cuenta, descansar bien es clave. Para eso, necesitas tres cosas básicas: un saco de dormir, un colchón inflable y una almohadilla aislante contra la humedad.
Saco de dormir
Si sales en invierno, asegúrate de llevar un saco bien calientito. Los que traen relleno de plumas son los más térmicos, sobre todo los de pluma de ganso, que calientan más que los de pato. Entre más porcentaje de pluma tenga el relleno, mejor te va a proteger del frío.
Además de ser más cálidos que los sintéticos, los de plumas son ligeros y fáciles de cargar. Pero ojo: si se mojan, pierden su capacidad de abrigarte, por eso casi siempre traen una capa exterior impermeable. También es importante que el saco sea transpirable por dentro y por fuera, para que la humedad no se acumule y te baje la temperatura.



En cambio, los sacos de fibra sintética no necesitan una funda impermeable. Por sí solos aguantan algo de agua y hasta mojados siguen conservando algo de calor. Se secan rápido, pero no duran tanto como los de plumas; por lo general te aguantan unas tres o cuatro temporadas.
También hay sacos de algodón afelpado, que van bien en climas templados o para usar como forro térmico dentro de otro saco más grueso en invierno.
Los sacos de dormir vienen en varias formas:
- Momia: ajustados al cuerpo, conservan mejor el calor.
- Tipo sobre o rectangulares: más amplios y cómodos, ideales para clima cálido.
- Mixtos: combinan lo mejor de ambos.
- Tipo cobija: se pueden abrir por completo y usar como manta.
Tip: ¿De qué depende que un saco sea más o menos cálido?
Además del diseño y el material, hay varios factores que afectan qué tanto calor te puede guardar un saco:
- El clima, sobre todo la humedad (cuando hay mucha, el saco se humedece y pierde aislamiento).
- Si lo usas dentro de una tienda de campaña o a la intemperie.
- Si duermes solo o acompañado (el calor se comparte).
- Si pusiste algo debajo del saco, como una esterilla o lona.
- Qué ropa llevas puesta para dormir.
- Cuánto comiste antes de dormir (la comida te da energía y calor).
- Qué tan cansado estás (cuando el cuerpo está muy agotado le cuesta más calentarse).
Algunos sacos traen capas contra el viento por dentro o un diseño que se ajusta al cuello para que no entre el aire por la cabeza. También los hay en diferentes tamaños, según tu estatura y complexión. Para mantenerlo limpio, puedes poner una tela, una sábana o un impermeable debajo del saco.
Colchón inflable
Los colchones inflables son más suavecitos que los sacos, pero ocupan más espacio y no abrigan tanto. Algunos se inflan soplando con la boca, así que necesitas buen pulmón.

Existen varios tipos:
- Colchón con celdas abiertas de espuma: es más ligero que uno inflable, pero no sirve en lugares húmedos y no abriga tanto.
- Colchón con celdas cerradas: aísla bien del frío y la humedad, pero es menos cómodo.
- Colchón autoinflable: viene en una funda de nailon y se infla solo al abrirla. Son impermeables y aíslan bien, pero se pueden pinchar fácilmente.
Almohadilla aislante
Estas te aíslan del suelo y evitan que se te pase el frío y la humedad del piso. Algunas vienen con sistema inflable para ajustar qué tan blanditas las quieres; otras traen almohada inflable incluida para que duermas más a gusto. Hay modelos en forma de cono, que ahorran espacio al empacarlas.
Otros equipos útiles para dormir son las mantas térmicas suaves y los colchones inflables tipo cama, que también sirven para otras cosas. Cuando prepares tu mochila, mete todo tu equipo de descanso en bolsas de compresión para que ocupen lo menos posible.
En la naturaleza, dormir bien es más que un lujo: es una necesidad. Elegir el saco adecuado, una buena colchoneta y una almohadilla aislante te puede salvar del frío, la humedad o simplemente de amanecer todo adolorido. Considera el clima, tu cuerpo y el tipo de terreno donde vas a acampar. Y recuerda: un buen descanso puede ser tu mejor aliado para sobrevivir, disfrutar y seguir la aventura.