De hecho, en nuestro blog siempre hemos compartido consejos sobre cómo salvar tu vida y disfrutar de la naturaleza al máximo. Si planeas y ejecutas cada paso con cabeza, es poco probable que termines en una situación en la que necesites escapar, porque los desastres naturales rara vez ocurren de repente.
Sin embargo, si eres de los que se tardan en reaccionar y sigues ignorando las señales de la naturaleza, entonces es hora de que estudies bien lo siguiente y lo guardes en tu mente como si fuera lo más importante.
Recuerda dos cosas:
- Organiza tu auto-rescate y el rescate entre compañeros.
- Ten equipo de rescate a la mano.
Mientras más tranquilo estés al enfrentarte al peligro, más posibilidades tendrás de sobrevivir.
Muchos accidentes al aire libre acaban mal porque no se tiene un plan de auto-rescate ni se sabe cómo ayudar a los demás. Para ser justos, huir es un instinto natural, pero cuando las personas entran en pánico y se dispersan, solo empeoran las cosas. Una retirada organizada casi nunca tiene consecuencias graves, y si alguien falta, es más fácil encontrarlo y montar una operación de rescate.
Tener el equipo de rescate adecuado puede facilitarte la vida mientras esperas ser rescatado o durante las actividades de supervivencia. Si no tienes nada a mano, el miedo te hará entrar en pánico, lo que solo te llevará a tomar decisiones erróneas y, en el peor de los casos, a tu perdición.
Aquí sigo repitiéndolo una y otra vez: sobrevivir no es una aventura ni un reto contra la naturaleza, y mucho menos un acto de arrogancia. Avanza con precaución, observa los cambios en la naturaleza y el clima, elige bien la ruta y el lugar para acampar, y no hagas cosas estúpidas que pongan a prueba tus límites en condiciones extremas de clima y terreno.
Fuego
En la naturaleza, los incendios rara vez causan víctimas porque, por lo general, la gente es muy consciente de los peligros del fuego y sabe que no se desatan de repente. La mayoría de los incendios ocurren por un uso inadecuado del fuego. Si lo controlas bien, es poco probable que termine en un desastre. Si logras apagarlo en cuanto empieza a arder, no será tan grave. Pero si tienes la mala suerte de quedar atrapado en un incendio, no entres en pánico. Lo primero que debes hacer es cubrirte la boca y la nariz con una bufanda o cualquier ropa de supervivencia para evitar que el humo te asfixie. Es necesario escapar, pero eso no significa que corras directo al fuego. Toma tu equipo lo más rápido posible, pero no te pongas a empacarlo lentamente. Si la mochila te va a retrasar, al menos lleva un botiquín de primeros auxilios y un cuchillo (por lo general tendrás tiempo para ponerte la mochila y escapar).
Si tienes que salir rápido, usa una lona o un saco de dormir para cubrirte. Tu cabello es lo más vulnerable al fuego, así que asegúrate de usar un sombrero y cubrirte bien la cabeza con una lona. Si puedes, moja tu cuerpo o tu saco de dormir con agua. Al menos moja la bufanda, la ropa y el gorro que cubren tu boca y nariz. Observa el fuego y escapa por el lado donde está más débil. No te pongas demasiado erguido, inclínate y corre rápido. Si tu lona o saco de dormir se incendia, no te apresures a quitártelo, porque tu mochila podrá mantenerlo por un rato. Pero si el fuego es muy fuerte, quítatelo sin pensarlo. No aprietes las correas de la mochila, y si es necesario, deséchala.
Salir en grupo es lo mejor. Los de adelante usarán cuchillos para cortar ramas y debilitar el fuego, abriendo así un camino más seguro. Todos deben avanzar en fila, con los más débiles en el centro del grupo. La elección del camino es clave. Primero, observa la dirección del viento. Puede parecer buena idea ir contra el viento, pero hay que recordar que el fuego suele ser más fuerte en esa dirección. Si el viento arremete, el recorrido puede ser muy largo. Lo mejor es tomar un rumbo perpendicular al viento. También considera el terreno. Subir por una pendiente para escapar puede agotar rápido tus fuerzas y exponerte al humo caliente. El fuego en la pendiente se pondrá más intenso, y la temperatura aumentará. Si te desvíes para salir en diagonal, ahorrarás energías y tendrás más chances de éxito.
Los incendios en pastizales pueden abarcar grandes áreas durante las estaciones secas y ventosas, propagándose muy rápido. Pero por lo general, nadie se acerca a estos incendios, excepto los bomberos.
Si provocas un incendio por usar el fuego de manera incorrecta y no puedes escapar, las posibilidades de sobrevivir son bajas. Una vez que el fuego se propaga, la posibilidad de escapar a pie es pequeña. Cúbrete la boca y la nariz con algo para evitar asfixiarte con el humo. Busca una zona baja, utiliza tu mochila para guiarte en la dirección opuesta al fuego, envuélvete con una tela impermeable o un saco de dormir, mójalos si puedes y trata de mantener la cabeza agachada. En general, las lonas (de lona o nailon) y las mochilas son mejores para prevenir incendios que los sacos de dormir. Pero una vez que se prendan, si no puedes apagarlos, deséchalos de inmediato.
Los incendios de pastizales se propagan muy rápido, pero si no tienes nada que quemar, el fuego pasará de largo. Si no puedes escapar, detente y limpia el área más rápido que puedas. No pierdas el tiempo con una pala, basta con arrancar la hierba a mano o cortarla con un cuchillo (lo mejor es usar guantes). Lanza la hierba lejos y en un minuto o dos tendrás espacio suficiente para estar a salvo. Sin hierba que se queme, el fuego pasará por encima. Una opción más arriesgada es iniciar un fuego pequeño para combatir el grande, quemando la hierba que te rodea.
Inundación
La probabilidad de quedarte atrapado en una inundación repentina es mucho mayor que la de sufrir un incendio, generalmente por tomar el camino equivocado o acampar en un lugar inapropiado sin estar bien atento. Cada año, las inundaciones causan más víctimas al aire libre que cualquier otro desastre, y por eso muchas personas temen este tipo de fenómenos. Sin embargo, las inundaciones tienen sus propias características, y una vez que las conozcas, no te parecerán tan aterradoras. Comparado con desastres como los deslizamientos de tierra o los desprendimientos de lodo, las inundaciones son más fáciles de detectar.
Los niveles de los ríos suben lentamente y la velocidad del agua aumenta de forma gradual. No esperes que el río suba de repente varios metros. No te arriesgues a cruzar nadando un río en esas condiciones. Los ríos que normalmente parecen fáciles de cruzar pueden volverse peligrosos. En cañones de montaña, arroyos de selva y otros lugares, las inundaciones son poderosas y pueden elevarse varios metros en minutos.
Las inundaciones no vienen en una sola ola, sino en dos. Cuando empieza a llover, puedes notar que el nivel del agua sube de manera anormal. En esta primera etapa, el aumento no es tan rápido, el agua se mezcla con maleza, ramas y otros objetos, y se pone turbia. Esto pasa porque el agua que sube desde el río se acumula y empuja el agua limpia hacia abajo. Aunque el nivel del agua aún no sea tan alto como para considerarse una inundación, debes abandonar el área peligrosa cuanto antes.
Durante la segunda etapa, el agua se vuelve muy turbia, mezclada con más ramas, hojas caídas, y el nivel sube rápido, a veces hasta un metro en unos pocos minutos. El flujo de agua acelera tanto que te será imposible mantenerte de pie. Esta es la primera ola de la inundación y todavía tienes oportunidad de escapar.
Sin embargo, una vez que llega la segunda ola, la posibilidad de escapar es mínima. Esta ola es de gran magnitud, se eleva rápidamente varios metros y avanza con fuerza, arrasando con todo a su paso. En pocas horas, las aguas bajan, los ríos vuelven a sus niveles normales, el aire se vuelve fresco y los arroyos de la selva se ven más claros que nunca.
El intervalo entre la primera y la segunda ola de inundaciones puede variar, a veces tomando horas y otras solo minutos. Si vas a caminar por un cañón cuando llueve, mantente alerta a los cambios en el nivel del agua y prepárate para escapar en cualquier momento.
Una inundación provocada por la ruptura de una represa es una de las peores. Cuando el agua se desborda, no hay casi ninguna posibilidad de escapar. Sin embargo, evitar que se construyan represas en ciertas zonas es algo que sí puedes prevenir.
El nivel del agua en los ríos generalmente se mantiene estable a menos que haya una razón que lo cambie, como lluvias intensas. En el caso de las presas, los cambios son más lentos y no siempre coinciden con lluvias fuertes. Si llueve arriba, pero no cerca de donde estás, el nivel del agua puede disminuir lentamente, porque el agua que baja rápidamente se atasca en las gargantas estrechas, bloqueando el flujo hacia abajo.
Cuando una presa se rompe, la ola de agua que desciende es devastadora. En el cañón, puedes escuchar el sonido retumbante del agua acercándose. La fuerza del viento que viene río arriba también aumenta, y es una señal clara de que el peligro está cerca. En ese momento, corre por tu vida, porque esa ola te alcanzará en menos de un minuto.
Recuerda, cuando llueva, no te quedes en lugares como cañones de montaña o arroyos de selva, y nunca acampes en esos sitios. Si observas bien los alrededores, podrás notar marcas de agua más alta a los lados del canal. Siempre camina y acampa por encima de ese nivel. Cada año, muchas personas acampan cerca de cursos de agua debido a que las áreas son planas, pero terminan atrapadas por las inundaciones. Si te encuentras con una inundación mientras caminas, escapa inmediatamente hacia un terreno más alto. Si estás en un valle empinado, puede que necesites deshacerte de la mochila para aligerar tu carga. Si estás acampando y no empacaste bien tu equipo, no pierdas tiempo. Toma un botiquín de primeros auxilios y un cuchillo, y busca un lugar elevado para ponerte a salvo.
Si desafortunadamente te quedas atrapado por una inundación, además de pedir ayuda, prepárate para el auto-rescate. Trata de conseguir materiales para hacer objetos flotantes. Si tienes una mochila, vacíala y usa la parte de atrás como una especie de flotador. Sujeta las correas de la mochila y si caes al agua, acuéstalo sobre tu pecho, sujetándote con las correas. No te desesperes y empieces a moverte frenéticamente, ya que te quedarás sin fuerzas rápidamente. Relaja tu cuerpo y deja que la corriente te lleve. Mantén la cabeza fuera del agua y sigue el flujo para llegar al borde del canal. Si caes en un remolino, nada hacia él y usa la fuerza centrífuga para salir.
El líder del grupo o el oficial de seguridad que no esté preparado para una inundación será uno de los sobrevivientes menos calificados. Aún así, debemos organizarnos para el auto-rescate y el rescate mutuo, mantener la calma y no dispersarnos. Una vez que el primer grupo de personas llegue a un lugar seguro, utiliza cuerdas para ayudar a los demás a escapar.
Nota: Durante la temporada de lluvias, los embalses liberan agua de inundación de manera irregular. Al planear tu ruta, asegúrate de verificar si hay presas río arriba y evita acercarte a la zona de desagüe de una presa durante días de lluvias intensas o antes/después de una tormenta o tifón.
Deslizamientos de tierra y deslizamientos de lodo
Este tipo de desastre natural, también causado por la lluvia, ocurre principalmente en áreas donde la conservación del suelo y el agua es deficiente, sobre todo durante o después de lluvias intensas.
Un buen consejo para evitar muchos desastres provocados por la lluvia es estar en un lugar alto cuando llueva fuerte. Esta es una regla fundamental para la supervivencia. Los flujos de escombros y deslizamientos de tierra suelen suceder en pendientes empinadas donde el suelo está expuesto.
Antes de que se produzca un gran alud de lodo, normalmente ocurren pequeños desprendimientos de tierra o aludes de lodo. Si ves que hay montones de loess recién caído en una ladera tras la lluvia y la montaña está desnuda y empinada, es muy probable que el agua de lluvia que fluye desde lo alto esté acumulada, lo que podría hacer que toda la montaña se derrumbe de repente. En ese caso, sal de ahí lo más rápido posible y busca una ruta diferente. Una vez que quedes sepultado, las posibilidades de supervivencia son prácticamente nulas.
Si a pesar de todo decides seguir adelante y caminar por zonas propensas a deslizamientos, tu situación será muy peligrosa. Es imposible predecir con exactitud cuándo ocurrirá un alud de lodo, pero lo único que puedes hacer es intentar escapar lo más rápido posible en dirección contraria al flujo de escombros. Si hay árboles cerca, úsalo como refugio para bloquear el alud de lodo, dándote tiempo para escapar. Sin embargo, cuando el alud de lodo es muy grande, lo único que puedes hacer es huir lo más rápido posible.
Caída de un rayo
La única desventaja de estar en lugares altos durante la temporada de tormentas eléctricas es la posibilidad de que un rayo te alcance, pero esto no es algo que necesariamente vaya a ocurrir.
Durante una tormenta eléctrica, evita montar tu tienda de campaña en la cima de las montañas para que no sirva como pararrayos. Si te escondes entre arbustos, los rayos no te caerán, pero no te pongas cerca de árboles solitarios, ya que suelen ser los más golpeados por los rayos. En terrenos rocosos, evita las rocas que sobresalen y las cimas de las montañas. Busca lugares relativamente planos para caminar o acampar. Las sillas de montar entre montañas son excelentes opciones.
Por lo general, un rayo no golpea dos veces en el mismo lugar, pero si alguien es alcanzado por un rayo, no es recomendable quedarse allí. Retira los objetos metálicos de la persona afectada y trasládala rápidamente a un área baja, abierta o un bosque, y empieza con la respiración artificial y el masaje cardíaco como primeros auxilios.
Avalancha
Las posibilidades de encontrarse con una avalancha son pocas, ya que estas ocurren solo en montañas nevadas a grandes altitudes. Si estás decidido a escalar montañas nevadas, prepárate bien, estudia mucho, entrena tus habilidades para escalar y evitar las montañas más peligrosas, y organiza tu equipo cuidadosamente. Además, asegúrate de revisar el pronóstico del tiempo antes de cada expedición.
Apéndice
Los pronósticos meteorológicos actuales son bastante precisos, especialmente cuando se trata de desastres naturales de gran magnitud, como tifones o lluvias intensas. Siempre es recomendable consultarlos antes de salir.
Una de las cualidades más importantes de un buen superviviente es saber cuándo rendirse. Ningún desafío es más importante que tu vida y la de tu equipo. Si el clima empeora, busca un lugar seguro o incluso abandona la expedición si es necesario.
Los desastres naturales de pequeña escala, como inundaciones en montañas, deslizamientos de tierra y avalanchas, son difíciles de predecir con exactitud. Por lo general, se basan en la observación personal y el juicio basado en la experiencia (no pasa nada si a veces tomas decisiones equivocadas).
Antes de que llegue un clima severo (tifones, lluvias fuertes), aún tienes tiempo para prepararte y hacer un refugio. En verano, las lluvias repentinas, aunque intensas, suelen durar poco tiempo.
Recuerda: una vez que comiencen las lluvias fuertes, evita caminar o acampar por debajo de la línea de agua más alta en un río o arroyo. La prevención es la mejor forma de escapar. No esperes a que la inundación llegue para huir. El jefe de equipo y el responsable de seguridad deben organizar la evacuación. Una vez que todos estén en un lugar seguro, deben contar a los miembros del grupo, preparar cuerdas y otras herramientas de búsqueda y rescate, y estar listos para buscar y rescatar a cualquier persona desaparecida.La supervivencia en la naturaleza depende de un equilibrio entre la preparación adecuada, el conocimiento de los riesgos y la capacidad para tomar decisiones rápidas y racionales cuando se enfrentan situaciones extremas. A lo largo de esta conversación, hemos cubierto diversas amenazas naturales que pueden poner en peligro a los aventureros: incendios, inundaciones, deslizamientos de tierra, caídas de rayos y avalanchas. Cada uno de estos desastres tiene características específicas que, si se conocen, pueden ayudar a anticipar y manejar la situación de manera eficaz.
Uno de los principios más importantes para sobrevivir en la naturaleza es la prevención. Estar preparado y elegir un buen lugar para acampar, estar atento a las condiciones del clima, y conocer los signos de alerta de cada desastre natural son pasos cruciales para evitar situaciones de peligro. Además, es esencial saber cuándo retirarse, cuando la seguridad y la vida están en juego, y estar listo para actuar rápidamente, ya sea evacuando un área o utilizando el equipo adecuado para protegerse.
En cada escenario de emergencia, como en incendios o inundaciones, la calma es fundamental. Cubrirse del humo, encontrar rutas de escape y, si es necesario, improvisar equipos de flotación o coberturas son medidas que marcan la diferencia. La supervivencia no solo depende de los recursos que llevamos, sino también de nuestra capacidad para adaptarnos y tomar decisiones bajo presión.
Si bien los desastres naturales son difíciles de predecir con precisión, estar informado sobre los riesgos y tener un plan de acción puede aumentar significativamente nuestras probabilidades de mantenernos a salvo. La clave es no subestimar el poder de la naturaleza y siempre priorizar la seguridad, recordando que ningún desafío es más importante que la vida.
En resumen, estar preparado para lo inesperado, hacer observaciones continuas y actuar con sentido común son esenciales para la supervivencia en la naturaleza. No importa cuán difícil sea la situación, siempre hay oportunidades de escape y de adaptación si mantenemos la calma y la prudencia.