Cuando nos aventuramos en la naturaleza, siempre hay ciertos riesgos asociados. Ya sea por una lesión menor, una alergia inesperada o las inclemencias del tiempo, estar preparados para enfrentar estos imprevistos es esencial para mantener nuestra seguridad y bienestar. El conocimiento de cómo prevenir y tratar estas situaciones, como las reacciones alérgicas, las lesiones leves y la congelación, puede marcar la diferencia entre una experiencia placentera y una emergencia. A continuación, se detallan algunos de los cuidados más importantes que todo campista o aventurero debe tener en cuenta para enfrentar las situaciones más comunes durante una salida al aire libre.
¡La mejor manera de curar una lesión es evitar lastimarse!
Es cierto que quienes rescatan a los heridos del borde de la vida y la muerte son héroes, pero sólo aquellos sobrevivientes que planifican y ejecutan cada paso con cuidado son los que se pueden considerar sobrevivientes de verdad.
¿Preferirías ser un buen sobreviviente o un héroe que está tratando de compensar lo que se perdió? Puedes buscar en Internet o en las noticias accidentes de campistas en los últimos años. ¿Cuántos de ellos fueron causados por sobrestimar tus propias capacidades o por no tener el sentido común necesario para sobrevivir? ¿Cuántos sucedieron por falta de primeros auxilios o habilidades para evitar riesgos?
Tal vez no entiendas completamente estas lecciones, pero si siempre tienes cuidado en cada paso, recuerdas el sentido común y dominas lo básico, las probabilidades de lesionarte se reducen muchísimo. Aún así, creo que todo el mundo debería tener bien presentes las siguientes lecciones:
Lesiones menores
En la naturaleza, las lesiones menores son mucho más comunes que las graves, pero aunque sean pequeñas, siempre debes tomártelas en serio.
Cortes
Limpia bien la herida, haz un desbridamiento (quitar la suciedad y partes muertas de la piel) y luego pon un vendaje. Ten cuidado de no mojar la herida, cambia el vendaje de vez en cuando y revísalo. La costra se forma rápido y suele curarse en pocos días. Si se llega a infectar, lávala con agua hervida y plantas con propiedades desinfectantes, y toma antibióticos si es necesario (no dejes que se forme pus).
Ampollas
Estas son comunes por el mal ajuste de los zapatos o calcetines. La mejor prevención es elegir bien tu calzado. Si te sale una ampolla, párate, quítate los zapatos y ajusta bien los calcetines.
No revientes la ampolla en ese momento; cúbrela con una gasa o curita. Ten cuidado de no frotarla, ya que por lo general el cuerpo la irá absorbiendo en pocos días. Si la ampolla es grande, entonces sí, trata de drenarla cuando ya estés descansando. Limpia bien el área alrededor, usa una aguja desinfectada con fuego, pincha la ampolla y exprime el líquido. Luego cubre con una compresa para absorber el líquido. Si no tienes cataplasma, perfora la ampolla y pasa un hilo para drenar. Recuerda quitar el hilo al día siguiente y vendarla. Evita frotar la zona mientras caminas.
Calambres
Los calambres suelen aparecer en las pantorrillas y plantas de los pies, y por lo general se deben a la falta de sal, mucho esfuerzo físico, un ejercicio brusco o un contacto repentino con agua fría.
Camina a tu ritmo, no te apresures ni te vayas lento. Cuando necesites vadear o nadar, asegúrate de calentar bien antes, y nunca te lances al agua cuando hayas sudado mucho.
Si te dan calambres, haz que la persona afectada se acueste o se siente. Estira la pierna afectada y aplica presión en la planta del pie (enfócate en el dedo gordo). Usa la otra mano para pellizcar y frotar vigorosamente el área del calambre (esto va a doler, pero aguanta).
Si el calambre es en la pantorrilla, ten cuidado de no estirarla bruscamente. Primero, presiona y frota, luego estira la pierna una vez que el dolor disminuya.
Cuando se haya aliviado el calambre, suelta poco a poco la presión en el pie. Si aún persisten, sigue presionando y frotando hasta que desaparezcan.
Si no tienes fuerza suficiente en los dedos, puedes usar los pies para frotar la zona afectada o presionar con el peso del cuerpo para estirar la pierna. Después de que pase el calambre, dale agua con sal al paciente y déjalo descansar unos 10 minutos. En el futuro, asegúrate de cuidar el esfuerzo físico y los calambres no volverán a ocurrir.
Congelación
Debido a la exposición al frío, las pequeñas arterias de la piel se contraen, lo que provoca una falta de oxígeno en los tejidos, isquemia y daño celular.
La congelación es una enfermedad común en invierno, caracterizada por enrojecimiento, hinchazón y picazón en la piel expuesta, que empeora cuando la temperatura sube. En casos graves, pueden aparecer úlceras o erosiones en la piel de las zonas afectadas.
Por lo general, la congelación afecta las partes distales de los dedos de las manos y los pies, las palmas, las plantas de los pies y las orejas.
Para prevenir la congelación, lo mejor es mantenerse caliente. Usa guantes, asegúrate de que tus zapatos y calcetines se mantengan secos y usa una bufanda para protegerte las orejas. Frotar las zonas que suelen congelarse también puede ayudar a mejorar la circulación sanguínea. En las primeras etapas de la congelación, cuando empieces a sentir picazón y entumecimiento en las áreas afectadas, frotarlas puede aliviar los síntomas.
La congelación debe tratarse lo antes posible. Cuanto más tiempo pases expuesto al frío, más grave será el daño. Revisa tus extremidades todos los días cuando estés acampando. Durante la noche es cuando es más probable que sufras congelación, así que mantén los pies calientes, y lo mejor es dormir con dos capas de calcetines. Si vas a acampar en grupo, es recomendable que dos personas se pongan de frente, con los pies de uno contra el pecho del otro para ayudarse mutuamente a mantenerse calientes.
Si la congelación empeora, la zona afectada tomará un color violeta-azulado, la circulación sanguínea se bloqueará y el frotamiento ya no aliviará la estasis sanguínea. El dolor, picazón y entumecimiento pueden ser tan intensos que podrías sentir la necesidad de cortarte el dedo afectado. Si no se trata, esto puede llevar a la necrosis de los tejidos, lo que podría significar perder el dedo para siempre.
Como no había acceso a agua tibia, utilicé una bufanda de seda mojada en agua tibia para envolver y frotar el área afectada y los músculos cercanos (frotar con alcohol tibio sería más efectivo) para estimular la circulación sanguínea. Si la congelación es grave, puede evolucionar a gangrena. La gangrena seca tiene menos riesgo de infección y generalmente no requiere antibióticos, pero la gangrena húmeda sí necesita tratamiento con antibióticos para evitar infecciones.
En casos más severos, la congelación afecta las extremidades y el tronco, y suele ir acompañada de hipotermia. Las víctimas de congelación deben ser tratadas con los mismos primeros auxilios para la hipotermia y debe buscarse una forma de trasladarlas.
Reacciones alérgicas
Las reacciones alérgicas ocurren cuando el cuerpo entra en contacto con alérgenos.
Los principales tipos de alergias son:
Alergias por inhalación: Estas son causadas por la inhalación de polen, polvo, ácaros, caspa de animales, entre otros.
Alergias alimentarias: Muchas personas tienen alergias alimentarias y suelen evitar ciertos alimentos. Sin embargo, en la naturaleza podrías desarrollar reacciones al comer algo nuevo. Por eso, siempre es mejor llevar alimentos con los que ya estés familiarizado. Si tienes una reacción alérgica por un alimento desconocido, no lo comas de nuevo.
Algunas personas también son alérgicas a ciertos medicamentos orales, especialmente antibióticos (como la penicilina). Si vas a usar antibióticos, asegúrate de saber si eres alérgico a algún tipo de medicamento antes de tomarlo.
Alergia de contacto: En la naturaleza, muchas alergias se deben al contacto con plantas venenosas o con orugas.
Alergias a inyecciones: Aunque son raras en la naturaleza, algunas personas pueden tener reacciones alérgicas a medicamentos inyectados, como la penicilina.
Alergias a autoantígenos: Estas son reacciones alérgicas provocadas por autoantígenos cuyas estructuras han cambiado debido a factores como estrés mental, cansancio extremo, infecciones, trauma, quemaduras o incluso infecciones previas.
Si la alergia es causada por tensión y cansancio, lo mejor es tratarla y descansar bien para recuperarte. Si es causada por una lesión, limpia la herida con cuidado y trata la alergia.
Los síntomas de la alergia se dividen en tres grupos: cutáneos, respiratorios y gastrointestinales. En la naturaleza, la mayoría de los síntomas son cutáneos, y suelen manifestarse como enrojecimiento, hinchazón, erupciones, entumecimiento y picazón. En casos más graves, puede aparecer urticaria en la piel.
Los síntomas respiratorios más comunes incluyen estornudos, secreción nasal, sibilancias, tos, falta de aire y dificultad para respirar.
Por su parte, los síntomas gastrointestinales incluyen diarrea, dolor abdominal y vómitos, que pueden confundirse fácilmente con una intoxicación alimentaria.
Los alérgenos son las sustancias que provocan las alergias. La clave para tratar las alergias es saber si eres sensible a algún alérgeno en particular. Si puedes evitar el contacto con los alérgenos, las probabilidades de sufrir una reacción alérgica son mínimas.
Cualquier cosa puede ser un alérgeno, así que es importante conocer bien tu propio cuerpo. Si eres alérgico a algo, mejor no lo toques. Si eres alérgico al polen, por ejemplo, evita oler flores. También puedes prevenir las alergias manteniéndote alejado de sustancias desconocidas.
El problema es que muchas veces no puedes identificar los alérgenos, ya que en la naturaleza entramos en contacto con muchísimas cosas diferentes.
La prevención es clave. Usar una máscara o una bufanda de supervivencia para cubrirte la boca y la nariz puede evitar muchas alergias por inhalación. Usar mangas largas, pantalones largos, un sombrero y una bufanda de supervivencia puede ayudarte a prevenir las alergias por contacto. Además, si te aseguras de comer plantas que ya conoces, evitarás muchas alergias por ingestión.
Nota: Si entras en contacto con algo desconocido, sobre todo si es jugo de plantas, no toques áreas sensibles como los ojos, la boca, la nariz o los genitales sin lavarte bien las manos antes. Si tus manos están contaminadas con alérgenos, puedes provocar una reacción alérgica en estas zonas.
Algunas personas también tienen reacciones alérgicas cuando consumen grandes cantidades de alimentos ricos en proteínas, como pescado, camarones, cangrejos o insectos. Comer perilla con estos alimentos puede ayudar a evitar muchas de estas alergias proteicas.
Las reacciones alérgicas leves, como estornudos, secreción nasal o protuberancias en la piel sin enrojecimiento, hinchazón o picazón, no requieren un tratamiento extenso. Generalmente, desaparecen por sí solas con el tiempo.
Si llevas medicamentos antialérgicos, tomarlos cuando tengas una reacción alérgica puede ayudarte a aliviar los síntomas. Si la reacción no es grave o no tienes medicamentos a la mano, puedes probar algunos de los siguientes métodos.
Si la piel expuesta es picada por orugas, polillas u otros insectos y aparecen erupciones cutáneas, lo más probable es que la piel no se ulcerará. Lavar la zona con agua limpia y aplicar algún medicamento refrescante puede aliviar los síntomas.
También pueden presentarse reacciones alérgicas si las plantas venenosas o la savia de ciertas plantas entran en contacto accidentalmente con la piel expuesta. Por ejemplo, las flores, el jugo, los frutos y los tubérculos del taro silvestre pueden causar alergias en la piel. En casos graves, pueden aparecer síntomas como manchas, enrojecimiento e hinchazón. Además de aplicar medicamentos refrescantes, hay un método rápido para tratarlo: asar la zona afectada con fuego (generalmente funciona muy bien).
Si las úlceras en la piel son causadas por el contacto con insectos como orugas o plantas peludas, exprime el líquido y limpia con agua limpia.
En algunas montañas y bosques hay insectos muy venenosos. Las picaduras de estos insectos venenosos suelen provocar reacciones alérgicas graves en la piel local. Ten mucho cuidado de proteger tu piel expuesta, especialmente cuando acampes de noche. Algunas picaduras de insectos venenosos son indoloras y producen picazón, pero solo causan enrojecimiento local e hinchazón de la piel. Por ejemplo, los triatominos de la jungla perforarán tu equipo y te seguirán, saliendo de noche a chuparte la sangre. Cuando la toxicidad se acumule en el cuerpo, podrías enfermar de repente. Después de levantarte, revisa cuidadosamente tu piel para ver si tienes enrojecimiento, hinchazón o manchas. Si es así, revisa también tu equipo. Si es necesario, fumiga tu equipo y ropa y toma té medicinal para prevenirlo.
Las alergias cutáneas graves incluyen la urticaria, que generalmente se provoca por el contacto con alérgenos o por el consumo de alimentos a los que eres alérgico. Los síntomas son protuberancias grandes, rojas e hinchadas en diversas partes del cuerpo, que se sienten extremadamente adormecidas y pican mucho. Quemar la zona afectada con fuego puede aliviar los síntomas (aunque generalmente solo los alivia, no los cura). En algunos casos, los síntomas se agravan y será necesario tomar medicamentos. Si tienes medicamentos para la alergia, tómalo inmediatamente.
Muchas plantas medicinales pueden ayudar a tratar las reacciones alérgicas en la piel. Aplicar dientes de león triturados en la zona afectada puede aliviar los síntomas, y también puedes tomarlo en té medicinal. Sin embargo, si la zona afectada muestra signos de ulceración, o si la compresa de hierbas no ayuda o la herida empeora, no sigas usando esta compresa.
Cuando la zona afectada presenta úlceras cutáneas, primero lávala con agua limpia (lo ideal es con agua y jabón), luego usa compresas de hierbas para controlar la afección. Después, vendaje y antibióticos para prevenir la infección de la herida.
Si la alergia viene acompañada de ampollas, no las revientes tú mismo hasta que se rompan solas. Deja que el cuerpo absorba las ampollas para evitar infecciones. Pero si ya hay pústulas, es necesario abrirlas y desinfectarlas.
La mayoría de los síntomas de alergias respiratorias no son graves, y el paciente puede recuperarse rápidamente si se traslada a un lugar bien ventilado. Los casos más graves pueden mostrar opresión en el pecho, dificultad para respirar, tos y sibilancias. Trasladar al paciente a un lugar abierto para que respire aire fresco (y es mejor taparle la boca y la nariz) e inhalar vapor de agua caliente puede aliviar los síntomas.
Si tienes antecedentes de asma, es altamente recomendable que no deambules por la naturaleza. Si te encuentras con alguien con alergias respiratorias graves, además de trasladarlo y darle los medicamentos necesarios, prepárate para hacerle respiración artificial si es necesario.
Generalmente, las alergias del tracto digestivo no son graves, pero debes tener cuidado con lo que comes. Las personas con alergias gastrointestinales graves necesitan ser tratadas como si estuvieran sufriendo de intoxicación alimentaria.
Advertencia: En caso de síntomas alérgicos graves, ¡no bebas bebidas alcohólicas!
Apéndice: Antialérgico
Cuando estés al aire libre, entrarás en contacto con muchos animales y plantas que no encuentras en la ciudad. Aún existe la posibilidad de reacciones alérgicas graves, por lo que te recomiendo encarecidamente llevar medicamentos antialérgicos. Los síntomas alérgicos leves se pueden tratar con algo de ayuda, mientras que las reacciones alérgicas más graves pueden controlarse rápidamente con remedios herbales, lo que generalmente lleva a una recuperación en tres días. Aunque las alergias muy graves pueden ser problemáticas, en la mayoría de los casos no ponen en peligro la vida. Sin embargo, para sufrir menos dolor, la forma más rápida de controlar y tratar las alergias es usar medicamentos antialérgicos.
Los medicamentos antialérgicos más utilizados son los antihistamínicos, y hay muchos tipos disponibles. Una opción común y muy efectiva es la clorfeniramina. La clorfeniramina es uno de los antihistamínicos más potentes y se usa para tratar la mayoría de las reacciones alérgicas, siendo muy eficaz para la urticaria grave.
Otros medicamentos similares incluyen: propilaminas como bromfeniramina, dimetoprim, feniramina, triprolidina, etc. Este tipo de medicamentos tiene un efecto sedante.
Los medicamentos derivados de etanolamina incluyen: trimetobenzamina, carbinoxamina, doxilamina, etc., que tienen efectos sedantes y anticolinérgicos importantes. Los efectos secundarios gastrointestinales son bajos.
Las etilendiaminas incluyen: mepiramina, clopidogrel, antazolina, ciscloidina, etc. Este tipo de fármacos tiene un efecto sedante moderado. Los efectos secundarios incluyen trastornos intestinales y reacciones de fotosensibilidad.
Fármacos fenotiazínicos: entre ellos paracetamol, prometazina, propionazina, mequitazina, etc. Este tipo de medicamentos tiene efectos anticolinérgicos, antieméticos y sedantes. Los efectos secundarios incluyen reacciones de fotosensibilidad.
Medicamentos piperazínicos: incluyen cetirizina, buclizina, meclizina, etc., que tienen efectos antieméticos.
Otros medicamentos antialérgicos incluyen astemizol, azatadina, terfenadina, acrivastina, bamipina, loratadina, etc.
Las principales reacciones adversas de los medicamentos antialérgicos incluyen fatiga, mareos, somnolencia y somnolencia. Ocasionalmente, se observan reacciones extrapiramidales, disfunción gastrointestinal, dermatitis por fotosensibilidad, trastornos del hemograma, etc. Es importante elegir el medicamento adecuado según tu constitución.
Los medicamentos antialérgicos pueden inducir epilepsia y están contraindicados en pacientes con epilepsia. Úsalos con precaución en mujeres lactantes, pacientes con glaucoma, hipertensión, hipertiroidismo e hipertrofia prostática. Los medicamentos antialérgicos tienen un efecto sedante. No se debe conducir vehículos ni manejar maquinaria mientras se toman. Está estrictamente prohibido beber bebidas alcohólicas mientras se usan medicamentos. ¡Está prohibido tomarlos al mismo tiempo que otros sedantes!
Advertencia: Después de tomar medicamentos antialérgicos, está estrictamente prohibido seguir avanzando, especialmente no realizar actividades peligrosas como escalar, deslizarse, vadear, nadar, etc.
Si eres alérgico a los antihistamínicos, también debes incluir otros medicamentos para la alergia en tu botiquín de primeros auxilios. Consulta siempre con un médico profesional para elegir el mejor medicamento antialérgico para ti.
Mantén un suministro de medicamentos contra la alergia para tres días en tu botiquín de primeros auxilios. Si eres alérgico o tienes antecedentes de alergias graves, aumenta la dosis según sea necesario. Aquí te recomiendo especialmente que las personas con antecedentes de alergias graves, especialmente asma, eviten participar en actividades de supervivencia de alta intensidad en la naturaleza y tengan cuidado con algunas actividades de campamento de baja intensidad.
Advertencia: Algunos de los métodos descritos requieren formación médica profesional. Sin embargo, en caso de emergencia, cuando esta sea la única forma de salvar la vida de alguien, ¡es necesario correr riesgos! La mayor diferencia entre los primeros auxilios en áreas silvestres y los primeros auxilios en hospitales es que los hospitales se centran en los procedimientos médicos, mientras que los primeros auxilios en la naturaleza se enfocan más en los resultados, por lo que las técnicas pueden variar.
La naturaleza puede ser impredecible, pero con la preparación adecuada, puedes minimizar los riesgos y disfrutar de la experiencia sin problemas. Conocer cómo manejar lesiones menores, alergias y condiciones como la congelación es esencial para cualquier campista o aventurero. Lleva siempre contigo un buen botiquín de primeros auxilios, aprende las técnicas básicas de tratamiento y mantén la calma en caso de emergencia. De esta forma, podrás asegurarte de que tu próxima aventura al aire libre sea segura y placentera. ¡Recuerda, la mejor manera de curar una lesión es evitarla, y estar preparado es clave para sobrevivir cualquier situación en la naturaleza!